Frases de Tú, mío

Tú, mío

20 frases de Tú, mío (Tu, mio) de Erri De Luca... Historia de un joven que navega con Nicola, un curtido pescador que le habla sobre la guerra y de Caia, una figura angelical que le despertará sentimientos desconocidos.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Erri De Luca son: adolescencia, primer amor, nazismo, revolución, mayoría de edad, ambientada en una isla, ambientada en nápoles (italia), secretos, segunda guerra mundial.

Frases de Erri De Luca

Frases de Tú, mío Erri De Luca

01. (...) Cayeron las dos primeras lágrimas, que vienen por parejas, y es de esto de donde los poetas han aprendido las rimas.


02. Le pregunté si era uno de los que había matado gente. No respondió. Me enseñaba a no esperar siempre una respuesta.


03. Nuestras redes, cofas y nasas suponen una interrogación. La respuesta no depende de nosotros, de los pescadores. Quien baja a buscar la respuesta con sus manos actúa de manera prepotente con el mar. A nosotros sólo nos corresponde la superficie, lo que está abajo es asunto suyo, es su vida. Nosotros golpeamos en el umbral, a ras del agua, no debemos entrar en su casa como patrones.


04. Se debe saber con los ojos, con el miedo, con el estómago vacío, no con los oídos ni con los libros.


05. Ante todo me dijo que buscar respuestas de los otros es como calzarse en el pie un zapato ajeno, que las respuestas uno debe dárselas solo, a medida. Las de los demás son unos zapatos incómodos.


06. La vida de la pesca no era natural, era un oficio de carpintero, de mecánico, de hilo y aguja: sólo en el fondo, en último término, estaban los peces y los instrumentos para cogerlos.


07. Quiero intentar estar contigo. Quiero creer que es posible, aunque no sea por ahora, aunque sea desde lejos. Necesito esperar a alguien que no se parezca a nadie y ese eres tú


08. Uno se enamora así, buscando en la persona amada el lugar no revelado a nadie, que es concedido como un presente sólo a quien escruta, escucha con amor.


09. Era una noche tranquila. El mar en la orilla no conseguía dar un paso. Cuando es así no es ni siquiera mar, parece cielo.


10. Historias sobre las vidas que se habían salvado en la ciudad, sobre noches rotas, sobre niños que ni siquiera lloraban, sobre la buena suerte de algunos soldados y, alrededor, las órdenes alemanas escritas en los carteles: antiguas historias que acompañaban la infancia.


11. No me importaba que durante el día coqueteara con uno y durante la noche con otro. A mí me correspondía protegerla. Ninguno de aquellos chicos habría rozado su secreto. Quizá tampoco yo, pero se me había metido en la cabeza que había uno, que Caia era el cuerpo de una revelación alcanzable a través del amor. No hacía progresos con ella, ya no me aventuraba a hablarle.


12. Escuchaba el latido de una de mis venas en la muñeca que le sostenía la cabeza. Sentía el vacío a mi alrededor, nosotros dos éramos un lozano racimo de uva a punto de ser arrancado. Pero el racimo tiembla ante la llegada de los vendimiadores, la espiga vibra de dolor ante el ruido de la hoz cercana, nosotros no, estábamos quietos y tensos esperando la mano que nos habría desprendido de aquel verano para hacer de nosotros el fruto de una cosecha.


13. (...) donde los niños se hacían mayores a fuerza de escuchar.


14. Mi aversión, que había crecido, ciega, en los libros, tenía en Nicola síntomas físicos.


15. Después de la guerra, los vivos habían endurecido el silencio, una callosidad en la piel muerta de la guerra.


16. Ya no había hombres tal como los entendemos nosotros, sino hombres como piezas de recambio.


17. No hay regreso, pensaba, este viaje carece de simetría, es sólo de ida.


18. Una vez muertos, somos todos iguales, también los enemigos mueren pidiendo ayuda.


19. Se obtiene del mar lo que nos ofrece, no lo que queremos.


20. ¿Sabemos reconocer los peces en el mar, las estrellas en el cielo y debemos ignorar a las personas en la tierra?

Obras similares

Obras que comparten tramas, ideas o sucesos históricos con "Tú, mío" de Erri De Luca.

Síguenos