Frases de Tormenta de espadas

Tormenta de espadas

25 frases de Tormenta de espadas (A Storm of Swords) de George R. R. Martin... Libro centrado en la Guerra de los Cinco Reyes en Poniente, con frases impactantes y eventos que cambian el juego, los personajes enfrentan dilemas éticos y consecuencias devastadoras en su búsqueda del poder.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de George R. R. Martin son: guerra de los cinco reyes, criaturas gigantes, venganza, traición, justicia, desafíos, conflictos morales, lucha por el poder, lealtad, giros sorprendentes.

Frases de George R. R. Martin Libros de George R. R. Martin

Frases de Tormenta de espadas George R. R. Martin

01. A mí dadme dulces mentiras y guardaos vuestras amargas verdades.


02. Los hombres pequeños maldicen lo que no alcanzan a comprender.


03. Los monstruos son bestias peligrosas, y últimamente, los reyes mueren como moscas.


04. La serpiente está deseando empezar...Esperemos que tenga el veneno a punto.


05. Los vivos no están invitados a los banquetes de los muertos.


06. Hacéis que lamente no ser el monstruo que creéis que soy.


07. Cuando los cascos retumban y las espadas cantan, no hay refugio ante la tormenta.


08. La brujería es una espada sin empuñadura. No hay manera segura de agarrarla.


09. Eres un bobo encantador...Abre los ojos. Esto lo pusieron en marcha hace días.


10. A veces, los mayores estúpidos son más astutos que los que se ríen de ellos.


11. El tonto más grande es a veces más inteligente que los hombres que se ríen de él.


12. ¿Qué me dijo en aquella ocasión? Que unas batallas se ganan con lanzas, y otras, con plumas y cuervos.


13. Eres mío, igual que yo soy tuya. Si tenemos que morir, moriremos. Todos los hombres mueren, Jon Nieve. Pero antes vamos a vivir.


14. Ya no era una novia inocente con la cabeza llena de sueños. Era viuda, traidora, madre doliente y sabia; había vivido mucho.


15. Demasiadas caras nuevas. Demasiados jugadores nuevos. Mientras me pudría en la cama el juego ha cambiado y nadie me va a explicar las reglas.


16. - Te escondes detrás de la cortesía como si fuera la muralla de un castillo. - La cortesía es la armadura de una dama.


17. "Sabes demasiado, viejo pirata". Un contrabandista tenía que conocer a los hombres tan bien como las mareas o no duraba mucho tiempo en el negocio.


18. Como explorador no sería gran cosa, pero en la Guardia de la Noche no solo hacían falta hombres fuertes; también eran necesarios los inteligentes.


19. Amaba el mar. Le gustaban el olor penetrante y salado del aire y la inmensidad del horizonte infinito, limitado solo por la bóveda de cielo azul que lo cubría.


20. El pueblo necesita grano y semillas, y nosotros, espadas y caballos. Demasiados de mis hombres van montados sobre jacos, caballos de tiro y mulas al encuentro de enemigos que cabalgan sobre corceles y caballos de batalla.


21. A veces la Vieja Tata nos contaba la misma historia dos veces, pero si era buena no nos importaba. Nos decía siempre que las historias viejas son como los viejos amigos, hay que visitarlas de cuando en cuando.


22. Soy la espada en la oscuridad...Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres.


23. Todo tiene raíces en el pasado, en nuestras madres, en nuestros padres y en los padres de nuestros padres. No somos más que marionetas; nos mueven los hilos de los que nos precedieron, y algún día, nuestros hijos tendrán que bailar como les dicten nuestros hilos.


24. La próxima vez que me pegues, te ataré las manos a la espalda-le dijo-. La próxima vez que intentes escapar, te ataré los pies. Chilla, grita o vuelve a morderme, y te pongo una mordaza. Podemos montar los dos, o puedo llevarte tirada a la grupa del caballo como una cerda para el matadero. Tú eliges.


25. Por si se os pasa por la cabeza traicionarme -le avisó ser Axell-, recordad que he sido castellano de Rocadragón durante mucho tiempo. La guarnición me es leal. Quizá no pueda quemaros sin permiso del rey, pero podríais sufrir una caída. -Puso una mano carnosa en la nuca de Davos y le dio un empujón contra la baranda del puente, que solo le llegaba hasta la cintura, para obligarlo a mirar hacia abajo, al patio-. ¿Me habéis oído?

Obras similares

Obras que comparten tramas, ideas o sucesos históricos con "Tormenta de espadas" de George R. R. Martin.

Libros parecidos

Síguenos