10 frases de Sushi para principiantes (Sushi for beginners) de Marian Keyes... Libro de Marian Keyes.
Frases de Sushi para principiantes Marian Keyes
01. Los extraños no existen... Solo son amigos a los que todavía no conoces.
02. Lisa nunca habría trabado amistad con una chica tan ordinaria como Ashling. Pero como Ashling la había pillado llorando y le había ofrecido su cariño, ahora todavía le caía peor.
03. Aquella era una técnica de adquisición de poder que ya había utilizado otras veces: divide y vencerás. Había que elegir un favorito, colmarlo de atenciones, y de repente abandonarlo a favor de otro.
04. Pero sabía que con grandes esfuerzos podía pasar de atractiva a estupenda. Además de las atenciones clásicas que dedicaba a su cabello, uñas, piel, maquillaje y ropa, tomaba gran cantidad de vitaminas, bebía dieciséis vasos de agua diarios, solo esnifaba cocaína en ocasiones especiales y cada seis meses le ponían una inyección contra el botulismo en la frente (paralizaba los músculos y eliminaba por completo las arrugas). Llevaba diez años muerta de hambre.
05. Buscar un sitio donde vivir suponía un reto mucho mayor. Llevaba toda la semana visitando casas después del trabajo, y todavía no había encontrado nada mínimamente decente.
06. Y su costumbre de hacer comentarios personales venenosos y falsos había hecho que se ganara el apodo de Viperina.
07. Y aunque en julio pasado había asegurado a las lectoras de Femme que la jardinería iba a ser el sexo del nuevo milenio, ella no se lo tragaba. El sexo era sexo y siempre lo sería. Y era algo que ella echaba de menos, por cierto.
08. No tenía sentido fingir... Aquello de estar locamente enamorada y cocinar para tu amado había pasado a la historia.
09. Ella siempre había sabido controlar sus emociones. Siempre le había resultado fácil supeditarlas a un fin superior, el del trabajo. Más le valía retomar el control.
10. -Tú no tienes ni idea de lo duro que es mi trabajo. Todas esas veinteañeras se mueren de ganas por ocupar mi puesto. Si pudieran me traicionarían, me apuñalarían por la espalda. -El que tú pienses así no quiere decir que lo haga todo el mundo. Estás paranoica. -No estoy paranoica. Es tal como te digo. Esas brujas solo son fieles a sí mismas. -Igual que tú, nena.