Frases de Solidaridades misteriosas

Solidaridades misteriosas

18 frases de Solidaridades misteriosas (Les solidarités mystérieuses) de Pascal Quignard... Exploración poética y reflexiva de la vida, el tiempo, la memoria, la naturaleza y las complejidades de las relaciones humanas, con frases ricas en detalles evocadores y emociones profundas.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Pascal Quignard son: conexión con el pasado, raices, pérdida, cambios con el paso del tiempo, envejecimiento, sentido de la existencia, reencuentro, narrativa introspectiva, gran amor, exploración interior, familia.

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Frases de Solidaridades misteriosas Pascal Quignard

01. Caminar no consuela. Caminar hace pensar. Cada paso argumenta.


02. La verdad es que en ella huir era una costumbre. Una segunda naturaleza.


03. Las mujeres necesitan a los hombres para que ellos las consuelen de algo inexplicable.


04. Yo no creía en Dios. Entre nosotros nadie creía. Jean creía por todos nosotros.


05. Ella hacía arder el pasado en sí mismo, como hacen las estrellas, que también son, sencillamente, el pasado en llamas.


06. En cualquier caso, su sufrimiento cesó al transformarse en luto. Fue casi maravilloso verla triste, simplemente triste, después de tantos años sufriendo.


07. - No comprendes que quiero estar guapa para él en la playa. -Un esqueleto. Un fantasma blanco en la playa. - Yo le gusto así. - ¿Blanca? -No. Fantasma.


08. Él la vio, la reconoció, bajó bruscamente la mirada. En el mostrador, junto a la caja registradora, su mano, que sostenía una receta, se puso a temblar.


09. El increíble calor trazaba ondas en el aire, que avanzaban como grandes serpientes blanquecinas que deformaban las cosas encima de la playa y de las piedrecillas de negra diorita.


10. A todo lo largo de la planicie que llevaba al acantilado, al oeste, se extendía un campo de girasoles. Al atardecer era un paisaje maravilloso, una frontera de oro.


11. Yo notaba la emoción que crecía en ella. No sabía qué hacer para evitar que se desbordase y me alcanzase. Detesto las confidencias. Detesto los sentimientos expresados.


12. Todas las cosas vivas son recuerdos. Todos somos recuerdos vivos de cosas que fueron bellas. La vida es el recuerdo más conmovedor del tiempo que ha producido este mundo.


13. Era de una belleza que uno no se podía imaginar cuando la veía caminar todo el día por la landa: una belleza muy sencilla, brillante de agua, desnuda, blanca.


14. Siempre lo vivió todo con una brusquedad y una intensidad muy particulares. No es que ella lo decidiese así, eran sobresaltos de energía que la poseían, que la arrastraban, o que la frenaban, o que la devastaban.


15. Le veía caminar por la playa, botar la barca, embarcarse, poner el motor en el agua, o bien izar la vela sobre el mar cuando llevaba la chalupa, pescar con caña, pescar con retel, pescar con red.


16. El sentimiento que reinaba entre ellos dos no era amor. Tampoco era una especie de perdón automático. Era una solidaridad misteriosa. Era un vínculo sin origen, en la medida de que ningún motivo concreto, ningún acontecimiento, en ningún momento, lo había decidido así.


17. En las iglesias, antes de comenzar el oficio, alzo la vista y contemplo a la gente a la que nunca veo haciendo la compra ni en el mercado ni en el puerto. Siempre es un misterio. Gente a la que no se ve en ninguna parte, se reúne en las iglesias.


18. (...) Pero desde el mar, también la miraba a ella, caminando por las rocas. Él también la veía errar y observarle. Él también la seguía con la mirada, hora tras hora, durante todo el día. Ella le veía igual, abajo, en el mar, añorándola, fingiendo pescar, dando vueltas, mirándola, pensando en ella, amándola y no queriéndola.

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