15 frases de Rebeca (Rebecca) de Daphne du Maurier... Tras enviudar, Maxim de Winter viaja hasta Montecarlo para olvidar su pasado. Allí se casa con una mujer y, tras la luna de miel, regresan a su mansión de campo. Todo es perfecto hasta que la memoria de la fallecida aparece.
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Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Daphne du Maurier son: historia de amor, secreto de su pasado, asesinato, muerte dudosa, intrigas, recuerdos, felicidad, olvido.
Frases de Rebeca Daphne du Maurier
01. Tiempo y mareas, a nadie esperan.
02. ¿Quieres mirarme ahora a los ojos y decirme que me quieres?
03. Había cesado el encanto; el hechizo se había roto. Volvimos a ser dos mortales, dos personas jugando en la playa.
04. Ven a vernos cuando tengas ganas –dijo–. Yo siempre espero que la gente se convide ella misma. La vida es muy corta para mandar invitaciones.
05. Menos mal que la fiebre del primer amor sólo se pasa una vez. Porque, digan los poetas lo que digan, es una fiebre, una carga.
06. Antes o después, a todos nos llega en esta vida un demonio propio que nos persigue y atormenta y al final de cuentas hemos de luchar contra él.
07. Los hombres somos mucho menos complicados de lo que tú te imaginas, chiquilla mía. Pero lo que ocurre dentro de la tortuosa mente de una mujer, nadie lo puede adivinar.
08. El tiempo, al pasar, libraría de aristas cortantes el recuerdo y lo tomaría en algo risible. Pero, entonces, nada era cómico ni yo reía. No era lo futuro; era lo presente. Demasiado vivo; harto real.
09. La felicidad no es un bien que puede atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo. No es que algunas veces no nos sintamos deprimidos; pero también conocemos momentos que escapan al reloj y se hacen eternos.
10. Si pudiera inventarse algo -dije impulsivamente- para embotellar los recuerdos, como los perfumes... Para que no se disipasen, para que nunca pudieran ponerse rancios...Cuando quisiéramos, podríamos destapar el frasco y sería como vivir de nuevo el momento guardado.
11. Ocurra lo que ocurra, pensé, la vida continúa igual, y hacemos las mismas cosas... No hay crisis capaz de quebrar la corteza de lo habitual.
12. (...) Las últimas semanas habían pasado tan rápidas que sentada a su lado en el coche, recorriendo Francia e Italia, no hice sino ver a Venecia por sus ojos, haciéndome eco de sus palabras, sin hacer preguntas acerca del pasado o del porvenir, contenta con la felicidad del presente, tan vivo.
13. Donde estaría bien sería en una ciudad amurallada del siglo XV, una ciudad de callejas estrechas, mal empedradas, de afilados campanarios, cuyos habitantes vistieran medias de estambre y zapatos puntiagudos. Tenía la cara atractiva, sensitiva, extrañamente medieval, y me recordaba un retrato que había visto en un museo, no sabía en cuál, de un Caballero Desconocido.
14. Una cosa segura: ya no podremos volver allí. Lo pasado está aún demasiado reciente. Todo lo que hemos procurado olvidar se removería de nuevo, y aquella sensación de miedo, de inquietud furtiva, que había llegado a convertirse en pánico ciego e insensato –a Dios gracias ya acabado–, podría, por cualquier circunstancia ignorada, volver a la vida para perseguirnos como antes.
15. ¿Crees que yo estaba enamorado de Rebeca? ¿Crees que la maté porque la quería? ¡La odiaba, te digo que la odiaba! Nuestro matrimonio fue una farsa desde el primer momento. Rebeca era un ser vicioso, corrompido, despreciable por todos conceptos, absolutamente por todos. Nunca nos quisimos ni jamás gozamos juntos un instante de felicidad. Era incapaz de querer a nadie, incapaz de sentir la más mínima ternura o de tener un rasgo de nobleza. ¡Ni siquiera era normal!