
9 frases de Pétronille (Pétronille) de Amélie Nothomb... Relato de la amistad etílica entre la escritora consagrada y la novel Fanto se transforma en duelo dialéctico, diversión, compañía y contraste.
- 01. Frases de Pétronille
- 02. Obras similares
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Amélie Nothomb son: autobiografía, amistad, reencuentro, sobre el oficio de escribir, borrachera, londres, confianza.
Frases de Amélie Nothomb Libros de Amélie Nothomb
Frases de Pétronille Amélie Nothomb
01. Los grandes sentimientos necesitan combustible.
02. Al amparo del papel, consigo desprenderme de mi exceso de emoción.
03. (...) Lo que demuestra que en nuestros días la falta de pedantería se confunde con el robo descarado.
04. Por definición, la confianza es absoluta, y las personas de confianza pueden contarse con los dedos de una mano.
05. La característica más importante de la compañera de borrachera consiste en no despreciar nunca una copa. Si no, parece que bebas sola, que es precisamente lo que intentas evitar.
06. Entre las sorprendentes barbaries cometidas por la especie aviar, señalemos la siguiente: a los pájaros les encanta comer huevos. Es uno de sus alimentos preferidos. Esto es así en mi caso. Pero prefieren comer los huevos de los demás. Lo confirmo: una vez que los míos ya no necesitan de mis cuidados, prefiero leer los libros de los demás.
07. ¡Londres, donde Shakespeare había escrito y creado las mayores obras maestras, donde Europa había salvado su honor en el transcurso de la última guerra, donde florecían todas las vanguardias! Era yo quien me castigaba perdiéndome aquella ciudad. Era cierto, Vivienne Westwood era un revés del destino, pero ¡Qué injusticia por mi parte hacérselo pagar a toda una metrópoli! Con treinta y cuatro años, ¿De verdad iba a pedir un sándwich club para comérmelo en la cama y no saldría de mi habitación en mi primera noche en Inglaterra?
08. De cada edificio con los que me iba cruzando emanaba una solapada hostilidad. Acabé preguntándoles el camino a unos nativos que fingieron no entender nada de mi inglés, y tuve que hacer un esfuerzo para no decirles que incluso su vieja gloria entendía mi jerga. Tras dos horas exasperantes deambulando, llegué al hotel, y me encerré en mi habitación para mantener al enemigo a raya. Me mariné un buen rato en un baño ardiente y luego me metí en la cama. Muy rápidamente, la apreciación de aquella comodidad se vio sustituida por una desagradable constatación de fracaso. Nunca en mi vida me había fallado tanto una ciudad. Si se hubiera tratado de Maubeuge o de Vierzon, quizá me habría parecido divertido. ¡Pero Londres!
09. Tengo una larga experiencia en materia de separaciones, y sé mejor que nadie el peligro que entrañan: separarte de alguien prometiendo que volveréis a veros es el presagio de las cosas más terribles. El caso más habitual es que no vuelvas a ver nunca más al individuo en cuestión. Y ésa no es la peor de las eventualidades. La peor consiste en volver a ver a la persona y no reconocerla, ya sea porque ha cambiado mucho, ya sea porque entonces descubres un aspecto increíblemente desagradable que ya debía de existir antes pero que habías logrado ignorar en nombre de esa extraña forma de amor tan misteriosa y peligrosa y en la que siempre se nos escapa todo lo que está en juego: la amistad.