Frases de Novela de ajedrez

Novela de ajedrez

20 frases de Novela de ajedrez (Schachnovelle) de Stefan Zweig... Obra sobre la obsesión y la rivalidad en un crucero. Con el ajedrez como metáfora, sus frases examinan la mente humana bajo presión, revelando la fragilidad psicológica y el juego sutil del destino.

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Frases de Novela de ajedrez Stefan Zweig

01. Tanto para el ajedrez como para el amor es imprescindible una pareja.


02. Como todas las naturalezas tenaces carecía por completo del sentido del ridículo.


03. Cuanto más se limita uno, más se acerca por otro lado al infinito.


04. Me sonreía, sí, me sonreía. Todavía existía gente capaz de sonreír bondadosamente...


05. Y por unos instantes permaneció con los ojos cerrados. Era como si quisiera reprimir violentamente un recuerdo inoportuno.


06. Sólo entonces adquirí conciencia de la diabólica eficacia de aquel sistema para aniquilar el espíritu.


07. Vivía como un buzo bajo la campana de cristal en el negro océano de aquel silencio.


08. Es bien sabido que nada en el mundo puede oprimir tanto el corazón del hombre como la nada.


09. Habían construido una nada absoluta, no sólo en torno a mi alma, sino también en torno a mi cuerpo.


10. Al fin y al cabo, el único encanto del ajedrez reside precisamente en el despliegue diferente de una estrategia en dos cerebros.


11. Entre los dos jugadores había surgido un nuevo elemento: un odio apasionado que los mantenía en un estado de peligrosa tensión.


12. En el ajedrez, al ser un puro juego del pensamiento desligado por completo del azar, es lógicamente un absurdo querer jugar contra uno mismo.


13. Ya no se trataba de dos rivales que quisieran medir en el juego sus propias fuerzas, eran ahora dos enemigos que se habían jurado aniquilarse mutuamente.


14. Pude constatar entonces una vez más que a una persona de espaldas tan anchas no se le puede llevar la contraria cuando se le mete algo en la cabeza.


15. Pude constatar entonces una vez más que a una persona de espaldas tan anchas no se le puede llevar la contraria cuando se le mete algo en la cabeza.


16. Cada vez que la Gestapo me interrogaba, eran después mis propios pensamientos los que reemprendían el martirio de las preguntas y averiguaciones y torturas, implacablemente, tal vez con mayor crueldad aún.


17. Pero lo que resultaba más terrible para mí durante aquellos interrogatorios era no poder adivinar ni calcular nunca lo que sabía en realidad la gente de la Gestapo de los asuntos de mi gestoría ni lo que pretendía que yo confesase.


18. Había olvidado totalmente que se puede jugar al ajedrez con un tablero de verdad, con piezas de verdad; había olvidado que para jugar a este juego dos personas diferentes de carne y hueso se sientan corpóreamente la una delante de la otra.


19. Hombres dotados de una habilidad especial para el ajedrez, de una genialidad específica que combina clarividencia, paciencia y técnica en proporciones tan exactamente definidas como lo están para los matemáticos, poetas y músicos, sólo que con distinta disposición y armonía.


20. Lo único que me interesa y me intriga es saber de una vez por todas si lo de la celda era todavía ajedrez o ya locura, si me encontraba entonces a pocos pasos del abismo fatal o ya en otro lado: sólo eso, nada más que eso.

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