Disfruta de estas 12 frases de "Luciérnagas"... Experiencias de un grupo de jóvenes, casi niños, a quienes la guerra civil ha despojado de cualquier resto de su anterior universo infantil.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "Luciérnagas", de Ana María Matute son: verdadero amor, paz interior, guerra civil española, barcelona, muerte, valorar la vida.
Frases de "Luciérnagas"
01. Es grato, cómodo, depender siempre de alguien, aunque sea renunciando a la libertad.
02. El hombre no debe vivir para comer, sino comer para vivir, recordaba, con ironía.
03. (...) Pero el hambre es cruel, pesa de un modo material y terrible, recordándonos que estamos vivos.
04. No he nacido para continuarle el mundo a nadie. Mi mundo empieza y termina en mi piel.
05. Los padres ya no eran los dioses. Los padres tenían defectos y, cosa extraña, ella los amó más.
06. En el fondo, no existen personas serias, moderadas, llenas de calma y suavidad. Es un dominio adquirido que, luego, se va al diablo con un simple pinchazo.
07. Tal vez -se dijo- la vida sea así únicamente: A medida que el tiempo pasa, en vez de ganar cosas, sólo es un continuo perder, perder...
08. Los hombres, eran algo más, mucho más, que la fecha de una batalla. Los pueblos, más complejos que las limpias y concretas manchas de color de los mapas.
09. Sí, creía en Dios. Se advertía que tenía miedo a algo impalpable, sólo al decirlo. No miedo de los hombres, sino a algo distinto, más grande, más vago.
10. Sobraban hombres por todas partes, hombres innecesarios y míseros, que nadie se explicaba por qué crecían y se alistaban en las filas del hambre, con deseos de continuar viviendo. Pero era humano, simplemente.
11. Las cosas acaban. Las cosas pasan pronto. Hay que aprovechar el momento bueno. Mañana, tal vez, todo vuelva a ser amargo, duro. Tal vez mañana despertemos de nuevo en el polvo seco, sin una brizna, sin una sonrisa.
12. Ni siquiera, al alejarse en el coche, al lado de sus padres, vio perderse el edificio lenta y melancólicamente, con todos sus recuerdos infantiles, como había supuesto. Y descubrió que cuando las cosas acaban, se borran tras una esquina, secamente.