Frases de Los que vivimos

Los que vivimos

32 frases de Los que vivimos (We the living) de Ayn Rand... Novela que se desarrolla en la Rusia posrevolucionaria. Una joven burguesa llamada Kira y su novio Leo se apoyarán mutuamente para sobrevivir a la asfixia de un régimen que pronto se descubre corrupto y totalitario.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ayn Rand son: comunismo, ficción histórica, individualismo, objetivismo, revolución rusa, unión soviética, sociedad totalitaria, fuerza de la pasión, razón y pasión, crueldad, opresión, libertad personal, búsqueda de la felicidad.

Frases de Ayn Rand Libros de Ayn Rand

Frases de Los que vivimos Ayn Rand

01. El leninismo es el marxismo adaptado a la realidad rusa.


02. Llamadla como queráis: vuestra razón de vivir, vuestro amor, vuestra causa...


03. Y Kira sonrió, en una última sonrisa a todo cuanto hubiera podido ser.


04. Se escribe una línea entera de ceros, y siempre es igual... nada.


05. Todavía me queda bastante para comer y para beber. Tengo mucho que beber.


06. Un hombre de cultura...Debe ser sobre todo un hombre a tono con su siglo.


07. El Estado soviético no reconoce más vida que la de una clase social.


08. Es una maldición, ¿Sabes? , esta de poder mirar más alto de lo que se puede alcanzar.


09. (...) Pero el gritar no sirve para nada. Ni sirve de nada el beber hasta morir. Todavía se puede luchar.


10. (...) Seguía teniendo la impresión de vivir, pero nunca había pensado excesivamente en la necesidad de conservar la vida.


11. Deja ya de mirarme como si fuera algo raro. Quiero beber. Quiero una mujer como tú. Quiero hundirme, hundirme, hasta donde puedas llevarme.


12. (...) Pero los jóvenes no pensaban en la primavera, y los que todavía pensaban en la primavera ya no eran jóvenes.


13. Una retirada no es una derrota. Un compromiso temporal no es una capitulación. Constituimos un oasis en un mundo regido por el capitalismo.


14. Cualquiera puede sacrificar su vida por un ideal. Pero ¿Cuántos conocen una devoción que llegue hasta hacerles capaces de sacrificar la vida de otro?


15. No me querría más si fuera mi marido: seguro que ni siquiera me querría tanto. El matrimonio es un prejuicio pasado de moda...


16. No pienso en nada. ¡Que no! Lo que quiero es beber. Y en caso de que lo pensase vendría a decirte adiós. Te lo prometo.


17. - ¿Y su causa es renunciar a su personalidad para el bien de millones de hombres? -Para conducir a esos millones de hombres adonde yo deseo que vayan...


18. Vivimos en tiempos duros, pero las cosas cambiarán. En realidad ya están cambiado. Todavía quedan hombres para quienes la libertad es algo más que la palabra de los carteles.


19. ¡Pobre ingenua! No sabes lo que es la vida. No la viste nunca; pero la verás. Óyeme: si estuviera seguro de que iban a fusilarme dentro de seis meses, haría lo mismo.


20. Las horas invertidas en la lucha no contaban, y nunca habría hablado de ellas: se callaba, en efecto, y sólo en sus ojos centelleaba la excitación de la batalla. Porque realmente era una batalla.


21. La lección que nos da este camarada del Partido al morir por la comunidad; la lección que nos da el Partido al guiar a los hombres por el camino de su propio sacrificio en provecho de sus compañeros.


22. ¿Combatir contra quién? Evidentemente, puedes poner a contribución todo tu heroísmo para luchar contra los leones; pero engañar a tu alma, dejarla arder en un fuego sagrado para combatir contra piojos, esto, camarada ingeniero, no es saber construir.


23. Una vez hicimos una revolución. Dijimos que estábamos cansados de barrigas vacías, de sudor y de piojos. De modo que destripamos, degollamos y vertimos sangre, sangre nuestra y sangre de ellos, para lavar un camino que nos llevase hacia la Libertad.


24. ¿Qué pueden ser vuestros ideales si hay uno que no podéis evitar, sino que sale a la superficie como un veneno mortal capaz de convertir en infierno horrible todos vuestros paraísos, ese ideal vuestro que quiere que el hombre viva para el Estado?


25. A veces se adelanta de prisa, a veces sólo se avanza un centímetro en un año. Quizás uno se sienta más feliz cuando va de prisa. No sé... Hace mucho tiempo que he olvidado la diferencia, porque esto no importa, mientras se vaya adelantando.


26. Pero, si pudiera escoger entre los siglos pasados, yo no elegiría, tenlo por cierto, la maldición de haber nacido en éste en que vivimos. Y tal vez, si no fuese la curiosidad, no quisiera ni haber nacido. - Si no fuera la curiosidad... o si no tuvieras deseos...


27. - ¿Ha tenido usted alguna vez en cuenta lo que pensamos de la gente que sólo trabaja por un sueldo y no toma parte en ninguna actividad social durante sus horas libres? - Y usted, ¿Ha tenido alguna vez en cuenta que yo tengo una vida que vivir en mis horas libres.


28. En la pared de éste, detrás de un escritorio nuevo y grande, había un retrato de Lenin, y en otra pared un gráfico indicando los progresos de las líneas férreas y un cartel que ponía: "Camaradas, exponed vuestros asuntos en pocas palabras. La eficiencia proletaria es la disciplina de la construcción revolucionaria en tiempo de paz".


29. - Ya sé lo que va a decir. Lo que dicen la mayor parte de nuestros enemigos. Porque vosotros admiráis nuestros ideales, pero odiáis nuestros métodos. - Al revés: odio vuestros ideales, y admiro vuestros métodos. Si uno cree tener razón, no debe aguardar a convencer a millones de estúpidos. Puede obligarles. Lo que no sé es si llegaría a incluir entre mis métodos el derramamiento de sangre.


30. Nosotros no somos bastante rojos para ellos. Nosotros no somos revolucionarios. Se nos expulsa por traidores. Se nos expulsa por trotzkistas. Se nos expulsa porque no perdimos la vista y la conciencia cuando el zar perdió el trono, la vista y la conciencia que ellos le hicieron perder. Se nos expulsa porque les hemos gritado que han perdido la batalla, estrangulado la revolución, vendido al pueblo para hacerse dueños del poder y de la suciedad.


31. Dios, sea el Dios que fuere y de la gente que fuere, es la concepción individual más alta que se puede imaginar. Y todo aquel que pone su más alta concepción por encima de sí mismo y de sus propias posibilidades, se estima poco y no da importancia a su vida. No es un don frecuente, ¿Sabe usted? , este de mirar con reverencia la vida propia de uno y desear cuánto hay de más alto, más grande y mejor... para sí mismo. Imaginar un cielo, no soñarlo, sino pedirlo.


32. Sonrió. Sabía que iba a morir. Pero ya no le importaba. Había conocido algo que ninguna palabra humana hubiera podido expresar. Ahora lo sabía. Había esperado eso y ahora lo sentía como si ya hubiera llegado, como si ella lo hubiera vivido. La vida había existido, siquiera porque ella había sabido cómo debía ser, y Kira la sentía ahora como un himno sin música, profunda, bajo la herida que goteaba sobre la nieve, más profunda que su misma sangre. ¿Un momento o la eternidad... ? ¿Acaso tenía importancia? La vida, no vencida, existía y tenía que existir.

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