Frases de Las fuerzas morales - 2

37. El patriotismo ingenuo se limita al horizonte geográfico.


38. Sólo llega a puerto el navegante que tan seguro está de su brújula como de su vela.


39. La energía no es fuerza bruta: es pensamiento convertido en fuerza inteligente.


40. Todo ser humano puede enseñar a otros lo que sabe.


41. Toda creación es fruto de la libre iniciativa y llega a su término sostenida por el sentimiento de independencia.


42. El que no osa leer un nuevo libro, encenderse por un nuevo anhelo, acometer una nueva empresa, ha renunciado a vivir.


43. El trabajo es emancipador de la personalidad. Creando, el hábito del esfuerzo inteligente, constituye la mejor disciplina del carácter.


44. Hay que formarse un ideal, sobreponiéndose a las imperfecciones de la realidad y concibiendo por la imaginación sus perfecciones posibles.


45. El derecho a la vida está condicionado por el deber del trabajo. Todo lo que es orgullo de la humanidad es fruto del trabajo.


46. Mientras el holgazán no tiene tiempo para hacer cosa alguna de provecho, al laborioso le sobra para todo lo que se propone realizar.


47. El trabajo es un deber social. Los que viven sin trabajar son parásitos malsanos, usurpando a otros hombres una parte de su labor común.


48. El progreso es un resultado de la inquietud implícita en todo optimismo social; la decadencia es el castigo de las épocas de escéptico quietismo.


49. Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardeados apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia.


50. Los hombres que no han tenido juventud piensan en el pasado y viven en el presente, persiguiendo las satisfacciones inmediatas que son el premio de la domesticidad.


51. El entusiasmo es incompatible con la superstición; el uno es fuego creador que enciende el porvenir; la otra es miedo paralizante que se refugia en el pasado.


52. La vida humana es gimnasia incesante de funciones armónicas. Deber natural del hombre es ejercitar su brazo y su mente; quien viola ese deber comete una inmoralidad.


53. La intolerancia y el odio nacen de la incapacidad de simpatía; no se tolera al que no se comprende, no se ama al que no sabe comprender.


54. Todo instante perdido lo está para siempre; el tiempo es lo único irreparable y por el valor que le atribuyen puede medirse el mérito de los hombres.


55. El enamorado de un ideal, de cualquiera -pues sólo es triste no tener ninguno-, es una chispa; contagia a cuanto le rodea el incendio de su ánimo apasionado.


56. Toda personalidad, grande o pequeña, posee principios que orientan su acción; sólo puede sentirse libre la que es capaz de seguirlos, sobreponiéndose a cuantas contingencias intenten desviarla.


57. Los perezosos viven hastiados y se desesperan no hallando entretenimiento para sus días interminables; los activos no se tedian nunca y saben ingeniarse para centuplicar los minutos de cada hora.


58. Los holgazanes no emprenden nada y pretenden justificarse, desacreditando las empresas ajenas; si algo comienzan, obligados por las circunstancias, nunca llegan al término de su obra. Vacilan y dudan, tropiezan y caen.


59. Rebelarse es afirmar un nuevo ideal.


60. El estéril no comprende cuándo trabaja el fecundo, ni adivina el ignorante cuándo estudia el sabio. Y es sencillo: trabajan y estudian siempre, por hábito, sin esfuerzo; descansan de pensar, ejecutando.


61. Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia: ella enfrena muchas impetuosidades falaces y da a los ideales más sólida firmeza. Las lecciones de la realidad no matan al idealista: lo educan.


62. Sólo el que ha poblado de ideales su juventud y ha sabido servirlos con fe entusiasta puede esperar una madurez serena y sonriente, bondadosa con los que no pueden, tolerante con los que no saben.


63. La costumbre de obedecer engendra una mentalidad doméstica.


64. La acción carece de eficacia cuando escasea la energía.


65. Para ser chispa que enciende, fuego que templa, reja que ara, debe llevarse el gesto hasta donde vuele la intención.


66. Un hombre incapaz de acción es una sombra que se escurre en el anónimo de su pueblo.


67. En las sociedades carcomidas por la injusticia los hombres pierden el sentimiento del deber y se apartan de la virtud. El parasitismo deja de inspirar repulsión a quienes lo usufructúan y encenaga a las víctimas de la domesticación.

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