
14 frases de La niña perdida (Storia della bambina perduta) de Elena Ferrante... Libro de Elena Ferrante.
Frases de La niña perdida Elena Ferrante
01. El sueño de progreso sin límites es, en realidad, una pesadilla llena de ferocidad y muerte.
02. En qué desorden vivíamos, cuántos fragmentos de nosotros mismos salían volando como si vivir fuese estallar en esquirlas.
03. A diferencia de lo que narran los cuentos, la vida real, cuando ha pasado, no se asoma a la claridad sino a la oscuridad
04. No, para producir ideas no hace falta ser unos santos. De todos modos, son muy pocos los auténticos intelectuales. La masa de los cultos se pasa la vida comentando perezosamente las ideas ajenas. Sus mejores energías las emplean en ejercicios de sadismo contra todo posible rival.
05. Me acordé de las mil cosas odiosas por las que habíamos pasado y dejé que la solidaridad recobrara fuerza. Qué derroche sería, me dije, dañar nuestra historia dejando demasiado espacio a los malos sentimientos; los malos sentimientos son inevitables, lo esencial es contenerlos.
06. Los deprimidos no escriben libros. Los escriben las personas contentas, que viajan, que están enamoradas y que hablan, y hablan con la convicción de que de un modo u otro las palabras acaben siempre en el lugar correcto.
07. Dijo misteriosamente que, en su opinión, el amor terminaba solo cuando era posible regresar sin temor o disgusto a sí mismos, y salió de la habitación arrastrando los pies, como si quisiera asegurarse de la materialidad del suelo.
08. La explotación del hombre por el hombre y la lógica del máximo beneficio, antes consideradas una abominación, volvían a ser en todas partes las bases de la libertad y la democracia.
09. No tardé en descubrir que me estaba acostumbrando a sentirme feliz e infeliz a la vez, como si ese fuera el inevitable nuevo estado de mi vida.
10. (...) Estas traiciones, murmuró, si no llegas a saberlas en el momento adecuado, no sirven, cuando estás enamorado lo perdonas todo. Para que las traiciones tengan su peso efectivo, antes debe madurar un poco el desamor. Y siguió así, acumulando frases arduas sobre la ceguera de quien ama.
11. -Hay demasiados pazguatos sueltos. - ¿Pazguatos? -Gente que se escandaliza, como si no se supiera que o los partidos hacen su trabajo o surgen las bandas armadas y las logias masónicas. - ¿Qué quieres decir? -Quiero decir que un partido solo puede ser distribuidor de favores a cambio de consenso, los ideales forman parte del decorado. -Muy bien, entonces yo soy una pazguata. -Eso ya lo sé.
12. Toda relación intensa entre seres humanos está plagada de cepos y si se quiere que dure hay que aprender a esquivarlos. Lo hice también en esa circunstancia y al final tuve la sensación de haberme topado con una enésima prueba de lo espléndida y tenebrosa que era nuestra amistad, de lo largo y complicado que había sido el dolor de Lila, de que ese dolor aún duraba y duraría siempre.
13. Las mentiras son el mejor tranquilizante.
14. Las leyes funcionan con quien las teme, pero no con quien las viola.