20 frases de La montaña de los siete círculos de Thomas Merton... Después de una infancia viajera y de una juventud disipada en el seno de una familia de artistas, el autor comienza a sentirse atraído por la fe católica... Sus vivencias y ondas reflexiones plasmadas en este libro.
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Frases de La montaña de los siete círculos Thomas Merton
01. No hay un acto de bondad o generosidad, ni un acto de sacrificio hecho o una palabra de paz y dulzura pronunciada, ni una plegaria de niño rezada, que no cante himnos a Dios delante de Su trono, a los ojos de los hombres y delante de sus caras.
02. ¿Hay algún hombre que haya pasado toda una vida sin vestirse, en su fantasía, con el hábito de monje y encerrarse en una celda en que se encuentra espléndido de heroica austeridad y soledad, en tanto todas las señoritas que hasta ahora fueron frías con sus afectos en el mundo vienen a golpear las puertas del monasterio, gritando: " ¡Sal, sal!"?
03. Es verdad que la sociedad materialista, la llamada cultura que ha nacido bajo las tiernas misericordias del capitalismo, ha producido lo que parece ser el límite último de esta mundanidad. En ninguna parte, excepto acaso en la sociedad análoga de la Roma pagana, ha habido nunca un florecimiento tal de lujurias y vanidades baratas, mezquinas y repulsivas como en el mundo del capitalismo, donde no hay mal que no se fomente y estimule por hacer dinero. Vivimos en una sociedad cuya política entera consiste en excitar todos los nervios del cuerpo humano y mantenerlos al más alto punto de tensión artificial, para llevar todo deseo humano al límite y crear tantos deseos nuevos y pasiones sintéticas como sean posibles, a fin de abastecerlos con los productos de nuestras fábricas e imprentas, estudios de cine y todo lo demás.
04. El que más hace para evitar el sufrimiento es, al final, el que sufre más: su sufrimiento le llega de cosas tan pequeñas y triviales que uno puede decir que ya no es objetivo en absoluto. Es su propia existencia, su propio ser, lo que es a la vez el sujeto y el origen de su dolor; su misma existencia y conciencia, su mayor tortura.
05. Las almas son como los atletas, que necesitan competidores dignos de ellas si tienen que ser probadas, agrandadas y empujadas al pleno uso de sus facultades y premiadas según su capacidad.
06. La lógica del éxito mundano descansa en una falacia: el error extraño de que nuestra perfección depende de los pensamientos, opiniones y aplauso de los demás hombres. Una vida fantástica es, en verdad, estar viviendo siempre en la imaginación de algún otro, como si ése fuera el único lugar en que pudiera uno finalmente hacerse real.
07. El diablo no es tonto. Puede hacer sentir a los hombres acerca del cielo de la manera como deberían sentir respecto al infierno. Puede hacerles temer los medios de la gracia en una forma tal como temen al pecado. Y lo hace así, no a la luz, sino en la oscuridad; no con realidades, sino con sombras; no con claridad y sustancia, sino con sueños y engendros de psicosis. Los hombres son tan pobres de entendimiento que unas pocas cosquillas bajo su espina dorsal serán bastante para alejarlos de descubrir la verdad.
08. Vivimos en una sociedad cuya política entera consiste en excitar todos los nervios del cuerpo humano y mantenerlos al más alto punto de tensión artificial, para llevar todo deseo humano al límite y crear tantos deseos nuevos y pasiones sintéticas como sean posibles, a fin de abastecerlos con los productos de nuestras fábricas e imprentas, estudios de cine y todo lo demás.
09. (...) Estaban en el mundo y no eran de él, no porque fueran Santos, sino de un modo distinto: porque eran artistas. La integridad de un artista eleva a un hombre por encima del nivel del mundo sin liberarlo de él.
10. [No] Sufrían de los mezquinos prejuicios fantásticos que corroen a las gentes que no saben más que de automóviles y de cine y de lo que hay en la nevera y en los periódicos y de qué vecinos van a divorciarse.
11. Heredé de mi padre su manera de mirar las cosas y algo de su integridad; y de mi madre algo de su insatisfacción con la confusión en que el mundo vive y un poco de su varia capacidad. De ambos heredé facultades para el trabajo y visión y goce y expresión que debían haber hecho de mí una especie de rey, si los ideales por los que el mundo vive fueran los verdaderos. No es que nunca tuviéramos dinero; pero cualquier tonto sabe que no se necesita dinero para disfrutar de la vida.
12. Hay felicidad sólo donde hay coordinación con la Verdad, la Realidad, el Acto que sustenta y dirige todas las cosas a sus perfecciones esenciales y accidentales.
13. ¡Qué alucinados estamos a veces con las nociones claras que sacamos de los libros! Nos hacen creer que realmente comprendemos cosas de las cuales no tenemos ningún conocimiento práctico.
14. ¡En verdad que es como la quintaesencia del orgullo odiar y temer hasta la aprobación bondadosa y legítima de los que nos aman! Quiero decir, disgustarse como de un patrocinio humillante.
15. Los hombres no tienen idea de lo que puede hacer un santo: la santidad es más fuerte que todo el infierno.
16. ¿Cuál es el bien de la religión sin dirección personal espiritual?
17. La vida del alma no es conocimiento, es amor, ya que el amor es el acto de la facultad suprema, la voluntad, por la que el hombre se une formalmente con el objeto final de todos sus anhelos...Por la que el hombre se hace uno con Dios.
18. El monasterio es una escuela... Una escuela en la que aprendemos de Dios a ser felices. Nuestra felicidad consiste en compartir la felicidad de Dios, la perfección de Su ilimitada libertad, la perfección de Su amor.
19. Lo que me anonadó fue el no haber aprendido a bailar.
20. ¿Es extraño acaso que no pueda haber paz en un mundo en que se hace todo lo posible para garantizar que la juventud de todas las naciones crezca absolutamente sin disciplina moral ni religiosa, sin la menor sombra de vida interior ni de esa espiritualidad, caridad y fe que pueden, ellas solas, salvaguardar los tratados y acuerdos firmados por los gobiernos?