
31 frases de La inmortalidad (Nesmrtelnost) de Milan Kundera... Una recreación del mundo contemporáneo en el que se rinde culto a la tecnología y la imagen. Pero ¿y si el hombre no fuera sino su imagen? Una historia que transforma todos los aspectos del mundo moderno en cuestiones metafísicas.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Milan Kundera son: metafísica, tecnología, poder de la imagen, ambigüedad, erotismo, belleza estética, humillación, odio.
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Frases de La inmortalidad Milan Kundera
01. Soledad: una dulce ausencia de miradas.
02. Pienso, luego existo es el comentario de un intelectual que subestima el dolor de muelas.
03. Tengo la firme voluntad de amarte hasta la eternidad.
04. (...) Pero Lutero dice en una carta: el amor verdadero suele ser injusto.
05. ¡Hay tantos más muertos que vivos!
06. El peligro del odio consiste en que nos ata al adversario en un estrecho abrazo.
07. No puedo odiarlos porque nada me une a ellos; no tengo nada que ver con ellos.
08. He encontrado un hermoso proverbio: el amor verdadero tiene siempre la razón, aunque sea injusto.
09. El erotismo es como el baile: una parte de la pareja siempre se encarga de manejar a la otra.
10. Porque ésa es la única vida real para mí: vivir en el pensamiento de otro. Si no, estoy muerta en vida.
11. Puede que sólo en circunstancias excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carezcamos de edad.
12. El amor o el convento: dos modos en que el hombre puede rechazar la computadora divina, dos modos de escapar de ella.
13. (...) Le gustaba Bach, porque aún entendía la música como una combinación transparente de voces independientes, cada una de las cuales puede ser reconocida.
14. Me atrevo a afirmar que no hay erotismo autentico sin el arte de la ambigüedad; cuando la ambigüedad es poderosa, más viva es la excitación.
15. (...) Sólo se volvía sexual durante breves momentos excepcionales, cuando un instante de excitación lo irradiaba con una luz irreal, artificial, y lo hacía deseable y hermoso.
16. El sentido de la poesía no consiste en deslumbrarnos con una idea sorprendente, sino en hacer que un instante del ser sea inolvidable y digno de una nostalgia insoportable.
17. Ansia la fuerza del cazador que caza un tigre y no la fama del tigre admirado por aquellos que van a utilizarlo como alfombra a los pies de su cama.
18. Sí, la esencia de todo amor es el hijo y nada importa si fue concebido o si nació. En el álgebra del amor el hijo es el signo mágico de la suma de dos seres.
19. La vida es para ustedes un valor condicionado, que se justifica únicamente porque les permite vivir su amor. Aquel a quien aman es para ustedes más que la Creación divina, más que la vida.
20. Vivir, en eso no hay felicidad alguna. Vivir: llevar por el mundo a su dolorido yo. Pero ser, ser es felicidad. Ser: convertirse en fuente, en recipiente de piedra sobre el que cae el universo como una lluvia tibia.
21. Ser mortal es la experiencia humana más esencial y sin embargo el hombre nunca fue capaz de aceptarla, comprenderla y comportarse de acuerdo con ella. El hombre no sabe ser mortal. Y cuando muere ni siquiera sabe estar muerto.
22. ¿Cómo vivir en un mundo con el que uno no está de acuerdo? ¿Cómo vivir con la gente si uno no considera suyas ni sus penas ni sus alegrías? Si sabe que no es parte de ellos.
23. La base del pudor no es un error nuestro, sino el oprobio, la humillación que sentimos por tener que ser lo que somos sin haberlo elegido y la insoportable sensación de que esa humillación se ve desde todas partes.
24. ¿Qué significa en realidad ser útil? La suma de la utilidad de todas las personas de todas las épocas está plenamente contenida en el mundo tal como es hoy. De lo que se deriva: nada es más moral que ser inútil.
25. Desgraciadamente, nos falta Descartes. Esa es una insuficiencia imperdonable en nuestra historia. Alemania no tiene una tradición de razón y claridad, está llena de nieblas metafísicas y de música wagneriana y todos sabemos quién fue el mayor admirador de Wagner: ¡Hitler!
26. El número de fabricación del ejemplar humano es el rostro, esa agrupación casual e irrepetible de rasgos. No se refleja en ella ni el carácter, ni el alma, ni eso que llamamos el "yo". El rostro es sólo el número del ejemplar.
27. No soy digno de mi sufrimiento. Una gran frase. De ella se deriva que el sufrimiento no sólo es la base del yo, su única prueba ontológica indudable, sino que es también de todos los sentimientos el que merece mayor respeto: el valor de todos los valores.
28. Pensar en cómo nos ven los demás e intentar que nuestra imagen sea lo más simpática posible se considera una especie de falacia o de juego tramposo. ¿Pero acaso existe alguna relación directa entre mi yo y el de ellos sin la mediación de los ojos?
29. El hombre no es más que su imagen. Los filósofos pueden decirnos que es irrelevante lo que el mundo piense de nosotros, que sólo vale lo que somos. Pero los filósofos no comprenden nada. En la medida en que vivimos con la gente, no somos más que lo que la gente piensa que somos.
30. Imagínate que vivieras en un mundo en el que no hay espejos. Soñarías con tu rostro y te lo imaginarías como reflejo exterior de lo que hay dentro de ti. Y después, cuando tuvieras cuarenta años, alguien te pondría por primera vez en la vida un espejo delante. ¡Imagínate el susto! Verías un rostro completamente extraño. Y sabrías con claridad lo que no eres capaz de comprender: tu rostro no eres tú.
31. Cuando era pequeña el padre le enseñó a jugar al ajedrez. Le había llamado la atención un movimiento que recibe el nombre de enroque: el jugador cambia en una sola jugada la posición de dos figuras: pone la torre junto al rey y desplaza al rey hacia la esquina, al lado del sitio que ocupaba la torre. Aquel movimiento le había gustado: el enemigo concentra todo su esfuerzo en amenazar al rey y éste de pronto desaparece ante sus ojos; se va a vivir a otra parte. Soñaba toda su vida con ese movimiento y soñaba con él tanto más cuanto más cansada estaba.