17 frases de La gran apuesta (The big short: inside the doomsday machine) de Michael Lewis... Crónica de la burbuja económica que originó la mayor crisis de los últimos ochenta años, cuando en otoño de 2008 la economía estadounidense se hundió y arrastró a gran parte del mundo.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Michael Lewis son: crisis financiera, economía, mercado de capitales, bolsa de valores, fondos de inversión, wall street, burbuja inmobiliaria, crédito hipotecario, préstamos, bróker.
Frases de Michael Lewis Libros de Michael Lewis
Frases de La gran apuesta Michael Lewis
01. Confieso que una parte de mí pensaba: "Si me hubiera quedado, esa es la clase de catástrofe que podría haber causado".
02. Un pensamiento cruzó su mente: ¿Cómo hacer que los pobres se sientan ricos cuando los salarios están estancados? ; concediéndoles préstamos baratos.
03. Esos tíos mentían sin parar. Lo que yo había aprendido de aquella experiencia era que a Wall Street le importaba una mierda lo que vendía...
04. Ya desde la escuela primaria, cuando su padre le había mostrado las tablas de cotizaciones en la última página del periódico y le había dicho que la Bolsa era un lugar deshonesto y en el que no había que confiar nunca, y no digamos invertir, el tema le había fascinado.
05. (...) No pensaba que invertir pudiera reducirse a una fórmula o aprenderse de cualquier modelo a imitar. Cuanto más estudiaba a Buffett, menos pensaba que se le podía copiar; de hecho, la lección de Buffett era: para tener éxito de una manera espectacular tienes que ser espectacularmente inusual.
06. En un momento dado me di cuenta de que Warren Buffett, aunque tenía la gran ventaja de haber aprendido de Ben Graham, no copiaba a Ben Graham, sino que más bien establecía su propio camino, y gestionaba el dinero a su manera, según sus propias reglas... También interioricé de inmediato la idea de que ninguna escuela podría enseñar a nadie cómo ser un gran inversor. Si eso fuera cierto, sería la escuela más popular del mundo, con una matrícula prohibitivamente alta. De modo que no podía ser cierto.
07. La CDO era, de hecho, un servicio de "lavado de crédito" para los residentes de la clase media baja estadounidense. Y para Wall Street era una máquina que convertía el plomo en oro.
08. Increíblemente, en aquella coyuntura crítica de la historia financiera, después de la cual cambiarían tantas cosas y tan rápido, la única restricción en el mercado de las hipotecas basura era que había pocas personas dispuestas a apostar contra este.
09. Era un hecho extraño, pero real: cuanto más cerca estabas del mercado, más difícil resultaba percibir su locura.
10. Todavía en el verano de 2006, cuando los precios de la vivienda empezaban a caer, había que ser una persona hecha de una pasta especial para ver los hechos más feos y reaccionar a ellos; para distinguir, en el perfil de la hermosa damisela, el rostro de la vieja bruja.
11. "Esto es demasiado bueno para ser verdad". Nunca había operado con bonos hipotecarios, no sabía básicamente nada sobre propiedad inmobiliaria, se sentía desconcertado por la jerga del mercado de bonos, y ni siquiera estaba seguro de si el Deutsche Bank o quien fuese le permitiría comprar permutas de impago crediticio sobre bonos hipotecarios basura, ya que ese era un mercado para inversores institucionales, y él y sus dos socios, Ben Hockett y Jamie Mai, eran lo menos parecido a una institución de lo que se podría pensar. Pero yo solo lo miraba y me decía: " ¿Cómo puede ser siquiera posible? ". Luego envió la idea a sus socios junto con la pregunta: " ¿Por qué no hay alguien más inteligente que nosotros haciendo esto? ".
12. Los optimistas contra los pesimistas. Los fantasiosos contra los realistas. Los vendedores de permutas de impago crediticio contra los compradores. Lo incorrecto contra lo correcto. La metáfora resultó apropiada hasta un momento dado: hasta ese momento. Pero ahora la metáfora eran dos hombres en una barca, atados por una cuerda, luchando a muerte. Un hombre mata al otro y lanza su cuerpo inerte por la borda, solo para descubrir que a continuación es él quien se ve arrastrado al agua.
13. En las mesas de la ruleta, unas pantallas mostraban la lista de los resultados de las últimas veinte jugadas. Los jugadores veían que en las últimas ocho había salido negro, se maravillaban ante la improbabilidad de aquello, y tenían la corazonada de que ahora la diminuta bola de plata tenía más probabilidades de caer en el rojo. Esa era la razón de que el casino se molestara en poner una lista de las últimas jugadas de la rueda: ayudar a los jugadores a engañarse a sí mismos; dar a la gente la falsa confianza que necesitaba para poner sus fichas en la mesa de la ruleta. Toda la cadena de intermediarios del mercado de las hipotecas basura se engañaba con el mismo truco, utilizando un escorzo del pasado sin significado estadístico para predecir el futuro.
14. (...) Recorrió el casino de Las Vegas incrédulo ante el espectáculo que tenía delante: siete mil personas, todas las cuales parecían estar encantadas con el mundo tal como se lo encontraban. Una sociedad con profundos y preocupantes problemas económicos se las había ingeniado para disfrazar dichos problemas, y los principales beneficiarios del engaño eran sus intermediarios financieros. ¿Cómo podía ser?
15. Los fusibles habían ardido, y el fuego no podía extinguirse. Todo lo que se podía hacer era observar la velocidad de la chispa y el tamaño de las explosiones.
16. Las grandes firmas de Wall Street, aparentemente tan astutas y egoístas, de algún modo se habían convertido en "dinero tonto". La gente que las dirigía no entendía su propio negocio, y sus reguladores obviamente sabían todavía menos.
17. Lo único que estaba claro era que los beneficios a ganar por parte de la gente inteligente que hacía apuestas complicadas superaban con creces todo lo que se pudiera ganar dando servicio a clientes o asignando capital a empresas productivas.
