24 frases de La delicadeza (La délicatesse) de David Foenkinos... La desdicha llega a la vida de Nathalie cuando su esposo François muere inesperadamente... Pero la vida la vuelve a sorprender.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de David Foenkinos son: viudez, pérdida de un ser querido, superación de las dificultades, volver a empezar, dolor, volver a enamorarse.
Frases de David Foenkinos Libros de David Foenkinos
Frases de La delicadeza David Foenkinos
01. El sentimiento amoroso es el que más culpabilidad provoca. Se puede llegar a pensar que uno tiene la culpa de todas las heridas del otro. Se puede llegar a pensar, siempre en esa locura, en un arrebato casi demiurgo, que se es el núcleo mismo del corazón del otro.
02. Al final, cabe preguntarse si la casualidad existe de verdad. ¿Quizá todas las personas con las que nos cruzamos recorren nuestro perímetro con la esperanza incesante de cruzarse con nosotros? Pensándolo bien, es cierto que a menudo parecen jadeantes.
03. Hay que haber vivido años y años en la nada para comprender cómo de pronto se puede sentir miedo ante una simple posibilidad.
04. Y como nadie escucha a los que dicen querer estar sólos, porque parece ser que la voluntad de soledad sólo puede ser una pulsión patológica, sus familiares y amigos se iban turnando para incitarla a hacer cosas tan rutinarias como comer, vestirse, ducharse...
05. Percibía una injusticia terrible en esa posibilidad: ¿Cómo podía el acto del beso ser gratuito para ella cuando para él tenía un valor incalculable?
06. Un día, en un arranque de impetuosidad, Nathalie le besa sin motivo aparente. Él no sale de su asombro, no se lo puede creer ¿Como puede ser el elegido?
07. Nunca es fácil pasar de la mirada a la conversación, de los ojos a las palabras.
08. A la mayoría de las parejas les encanta hablar de sí mismas, de su relación, pensar que la manera en que se conocieron fue excepcional, y esas numerosas uniones que surgen de la forma más banal suelen enriquecerse con detalles que aportan, pese a todo, una pequeña dosis de exaltación.
09. ¿Por qué ese beso? Porque sí, y nada más. No somos dueños de nuestro reloj biológico interno.
10. Toda su existencia, su corazón, todo queda roto en mil pedazos. Nathalie tenía la impresión de haberse convertido de pronto en el ombligo del mundo, cuando su propio mundo había dejado de existir y que iba a tener que volver a empezar todo desde cero, incluido el aprendizaje del habla.
11. El diccionario Larousse termina ahí donde empieza el corazón. Y quizá fuera por eso por lo que Charles había dejado de leer definiciones al volver Nathalie a la empresa.
12. Cada día conservaba aún la huella del primero.
13. Abrió por fin la puerta de su apartamento, y su salón se le antojó muy pequeño comparado con sus ganas de vivir.
14. Vivimos sometidos a la tiranía de los deseos ajenos.
15. Le impresionó especialmente ver el señalador. El libro quedaba dividido en dos; la primera parte la había leído mientras aún vivía François. Y, en la página 321, François había muerto. ¿Qué hay que hacer en esos casos? ¿Puede alguien proseguir la lectura de un libro interrumpido por la muerte de su marido?
16. Sí, estaban solos en el torbellino de la música y los valses. Hay que dar vueltas sin parar, decía él, dar vueltas hasta que no sepas adónde ir. Ella ya no pensaba en nada. Por primera vez, vivían la vida en su densidad única y total: la del momento presente.
17. A veces entraba en una iglesia, y eso que no era creyente. Y eso que estaba segura de no creer ya nunca más en su vida. Le costaba entender a quienes se refugian en la religión, le costaba entender que se pudiera tener fe después de haber vivido una tragedia. Sin embargo, sentada en mitad de los bancos vacíos, en plena tarde, el lugar le ofrecía algo de consuelo.
18. En una historia de amor, el alcohol acompaña dos momentos opuestos: cuando se descubre al otro y hay que narrarse uno mismo, y cuando ya no hay nada que decirse.
19. Se abrazaron, la mejor manera del mundo de crear silencio.
20. (...) Le costaba entender que se pudiera tener fe después de haber vivido una tragedia.
21. Le habían sugerido a menudo que se separara de los recuerdos. Tal vez fuera ésa la mejor manera de dejar de vivir en el pasado. Nathalie le daba vueltas a esa expresión: separarse de los recuerdos. ¿Cómo se abandona un recuerdo?
22. Sus debilidades, las de su dolor, aparecían paradójicamente junto con sus sonrisas.
23. Le sonrió, y Nathalie contestó a su sonrisa con otra sonrisa. Habían vuelto las sonrisas. Es curioso cómo a veces uno decide algo muy en serio, se dice que todo será así a partir de ahora, y basta un ínfimo gesto de los labios para quebrar la seguridad de una certeza que parecía casi eterna.
24. (...) Pero así son las cosas: siempre vamos con cinco minutos de retraso con respecto a nuestras conversaciones sentimentales.