
24 frases de La cocinera de Himmler (La cuisinière d'himmler) de Franz-Olivier Giesbert... Epopeya de Rose, una cocinera que ha sobrevivido a las barbaries del siglo XX (el genocidio armenio, el nazismo y los delirios del maoísmo) sin perder el humor, el deseo de sexo y el afán de venganza.
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Frases de La cocinera de Himmler Franz-Olivier Giesbert
01. El día de mi nacimiento, los tres personajes que iban a arrasar la humanidad ya estaban en este mundo: Hitler tenía dieciocho años, Stalin, veintiocho, y Mao, trece. Había caído en el siglo equivocado: el suyo.
02. (...) Tras lo cual distribuí una fotocopia en la que había escrito mis siete mandamientos: vivid cada día como si fuera el último. Olvidadlo todo pero no perdonéis nada. Vengaos los unos de los otros. Desconfiad del amor: se sabe cómo se entra pero no cómo se sale. No dejéis nunca nada en vuestro vaso, ni en vuestro plato, ni a vuestra espalda. No dudéis en caminar contra corriente. Sólo los peces muertos la siguen. Moríos vivos.
03. El pesimismo no lleva a ningún lado, es la enfermedad de los inútiles y de los parásitos. Tenemos la voluntad, eso es lo esencial. Así que lo conseguiremos.
04. Una de las cosas que se comprenden a una edad tan avanzada como la mía es que la gente está mucho más viva dentro de una después de muerta. Por eso morir no es desaparecer sino, al contrario, renacer en la mente de los demás.
05. La venganza es todo un arte y se practica con lentitud, sadismo y a traición, a menudo sin derramar una sola gota de sangre.
06. La venganza es la única justicia que vale, los que dicen lo contrario no han vivido. Además, creo que sólo se perdona de verdad una vez que uno se ha vengado.
07. Aunque la venganza viole el código civil y los preceptos religiosos, es un placer del que me parece estúpido privarme. Cuando se consuma procura, como el amor, un alivio interior. A decir verdad, es la mejor forma de encontrarse en paz con una misma y con el mundo.
08. Beauvoir era lo mejor de Sartre. ¿Qué habría sido de él sin ella? Un caprichoso impaciente. Un mal escritor. En resumen, nada del otro mundo. Fue ella quien escribió su leyenda.
09. Hace mucho tiempo intenté avisar a la humanidad contra las tres lacras de nuestra era: el nihilismo, la codicia y la buena conciencia, que le han hecho perder la razón.
10. Acababa de recibir una de las grandes lecciones de mi vida: nunca se llega a conocer a alguien, incluso si se vive con él.
11. Nunca me cansaré de repetir la que fue una de las grandes lecciones de mi vida: no hay nada más estúpido que la gente inteligente. Basta con alabar su ego para manipularlos a voluntad. La credulidad y la vanidad van a la par, se nutren la una de la otra, incluso en las mentes más despiertas.
12. La felicidad no se regala: se fabrica, se inventa.
13. No soporto a la gente que se queja. El problema es que el mundo está lleno. Por eso tengo un problema con la gente.
14. La generosidad es un regalo que uno se hace a sí mismo. No hay nada mejor para sentirse bien.
15. Un discurso es como el vestido de una mujer. Debe ser lo bastante largo para cubrirla y lo bastante corto para hacerla interesante.
16. Ya no sentía ni amor ni indulgencia hacia mí. Se lo agradezco. Creo que nuestra propensión al narcisismo y al engreimiento es de lo peor, porque nos rebaja. Gracias a ese vacío dentro de mí, que él excavó, me convertí en invencible.
17. No había nada que llevarse a la boca; si el capitalismo era la explotación del hombre por el hombre, el comunismo era la inversa, pero incluso peor.
18. La vanidad de los hombres es la fuerza de las mujeres.
19. Cuando el amor aparece, no hay que dudar ni esperar a que vuelva a pasar. Agárrelo en cuanto se presente y no lo suelte por nada del mundo...Si puedo darle un consejo, no se permita nunca arrepentirse hasta el fin de sus días de una decisión que haya tomado, creo que no existe nada peor.
20. A primera vista, sin embargo, el Reichsführer-SS inspiraba confianza. De no haber sido por su enorme culo, parecía completamente normal, iba a decir humano, cosa que no puedo decir hoy, ahora que sabemos todo lo que sabemos.
21. En el plano sexual, me contenté a partir de entonces conmigo misma. Lo que más me gusta del onanismo es que no hay preámbulos y que además una no está obligada a hablar al final: el ahorro de tiempo sólo es comparable al reposo del espíritu.
22. La felicidad no puede contarse. Es como una tarta de manzana, se come hasta la última miga que hay en el mantel y después se lame el zumo dorado que mancha los dedos.
23. La mejor forma de transformar a los amigos en enemigos es mostrarse feliz. No lo soportan. La felicidad es una obra de arte que debe permanecer oculta a cualquier precio: hay que guardarla para una misma si no se quiere crear enemistades o atraer la mala suerte.
24. Con los franceses podemos imaginarnos cualquier cosa, incluso lo peor. Tienen tal complejo de superioridad que se creen geniales. Siempre están dispuestos a parlotear. Pero en cuanto hay que pasar a la acción, ya no queda nadie.