Frases de Hojas de hierba

Hojas de hierba

15 frases de Hojas de hierba (Leaves of Grass) de Walt Whitman... Libro de poemas caracterizado por su alegría y alabanza de los sentidos, formando parte de la obra las famosas poesías "Canto de mí mismo" y "Yo canto al cuerpo eléctrico".

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Walt Whitman son: trascendentalismo, amor por la naturaleza, antihéroe, educar para la libertad, guerra de secesión, valorar la vida, búsqueda de la felicidad, sexualidad, momento presente, emociones.

Frases de Walt Whitman

Frases de Hojas de hierba Walt Whitman

01. Nosotros también nos elevamos deslumbrantes y tremendos como el sol.


02. Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente también.


03. Ni yo ni otro ninguno puede recorrer este camino en tu lugar; Tú, sólo tú, debes recorrerlo no es largo, está a tu alcance; Quizá, sin percatarte, te hallas en él desde que naciste; quizá está en todas partes, en el mar y en la tierra.


04. Las batallas se pierden con el mismo espíritu con que se ganan.


05. ¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha concluido, El barco ha sorteado todos los escollos, el precio que pedimos lo hemos ganado, El puerto está a la vista, escucho las campanas, todo el mundo se exulta, Mientras que las miradas siguen la firme carena, el valiente y audaz navío. Pero, ¡Oh corazón, corazón! ¡Oh, las sangrientas gotas rojas, Allí sobre el puente donde yace mi capitán, Tendido, helado y muerto. ¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas; Levántate; para ti la bandera se ha izado; para ti el clarín resuena...


06. ¿Eres la nueva persona atraída por mí? Para comenzar te prevengo: yo soy, sin duda, harto diferente de lo que tú supones; ¿Supones que has encontrado en mí tu ideal? ¿Crees que es fácil convertirme en tu amante? ¿Crees que mi amistad ha de ser una pura satisfacción? ¿Crees que yo soy fiel y veraz? ¿No ves nada más detrás de esta fachada, de estas mis maneras suaves y tolerantes? ¿Supones que avanzo por un terreno firme hacia el verdadero hombre heroico? ¿No sospechas, ¡Ah, soñador! Que todo esto pueda ser quizás una ilusión?


07. Al comenzar mis estudios, el primer paso me agradó tanto, el mero hecho de la conciencia, estas formas, el poder del movimiento, el último insecto o animal, los sentidos, la vista, el amor; el primer paso, como digo, me sobrecogió, agradándome tanto que a penas he avanzado algo y a penas he deseado continuar. Casi prefiero detenerme y vagar para siempre, con el fin de cantarlo en canciones extáticas.


08. A ti, que no has nacido aún, te dirijo estos cantos. Cuando leas esto, yo que ahora soy visible, me habré vuelto invisible, entonces tú serás compacto, visible, y realizarás mis poemas, volviéndote hacia mí, imaginando cuán dichoso sería yo si pudiese estar contigo y ser tu camarada: haz como si yo estuviera contigo (no lo dudes mucho, porque yo estoy ahora contigo).


09. De mí, hacia ti, alegres serenatas, danzas propongo para saludarte, ornamentos y festines para ti, Y los espectáculos del paisaje descubiertos, y el alto y dilatado cielo que te corresponden, Y la vida y los campos, y la inmensa y meditabunda noche. La noche silenciosa bajo innumeras estrellas, Las riberas del océano y la bronca ola murmurante cuya voz yo conozco, Y el alma volviéndose a ti, ¡Oh, muerte! Inmensa y bien velada, Y el cuerpo cobijándose con reconocimiento, cerca de ti. Por encima de las copas de los árboles, yo hago flotar hacia ti un cántico Por encima de las olas que suben y bajan, por encima de miríadas de campos y de amplias praderas, Por encima de ciudades apretujadas, y los muelles y los ferrocarriles hirviendo multitudes, Yo hago flotar con alegría hacia ti ¡Oh, muerte!


10. Si algo es sagrado, ése es el cuerpo humano.


11. El pasado y el presente se desvanecen los he colmado, los he vaciado, Y, para el futuro, me apresto a llenar mi próxima cuna.


12. Desde los ríos acorralados que padecen, Desde esta parte de mí mismo sin la cual yo nada sería, Desde lo que yo estoy decidido a tornar ilustre, aunque me encuentre solo entre los hombres, Desde mi propia voz resonante, cantando al falo, Cantando el himno de la procreación, Cantando la necesidad de niños soberbios y, por lo mismo, de soberbios adultos, Cantando el impulso del músculo y la fusión en el abrazo, Cantando el himno del compañero de lecho ( ¡Oh, el irresistible anhelo! ) ¡Oh, para todos y para cada uno la recíproca atracción del cuerpo! Oh, para ti, quienquiera que seas, tu cuerpo recíproco! ¡Oh, este cuerpo, más que todo el resto, objeto de tu propia delectación!


13. Me celebro y me canto.


14. Yo he dicho que el alma no es más que el cuerpo, Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma; Y que nada, ni siquiera Dios, es más grande para cualquiera que una partícula de sí mismo, Y que cualquiera que marche un kilómetro sin simpatía, avanza hacia sus funerales cubierto con su mortaja, Y que tú o yo, sin un céntimo en el bolsillo, podemos adquirir lo mejor que en la tierra existe, Y que mirar con un solo ojo o mostrar una habichuela en su vaina confunde la sabiduría de todos los tiempos, Y que no existe trabajo o empleo que, siguiéndolo un hombre joven, a la postre no lo convierta en un héroe, Y que no hay objeto, por frágil que sea, que no sirva de eje para la rueda del universo, Y yo le digo a todo hombre y a toda mujer: que tu alma se mantenga serena y tranquila ante un millón de universos.


15. El vaho de mi propio aliento; Ecos, ondas, susurros, raíces del amor, filamentos de seda, los caprichosos sarmientos y la vid; Mi respiración y mi inspiración, el latido de mi corazón, el paso de mi sangre y del aire a través de mis pulmones; El aroma de las verdes hojas y el de las hojas secas, y el de la ribera, y el oscuro color de las rocas marinas y el del heno en el henil; El sonido de las palabras musitadas por mi voz, palabras arrojadas a los remolinos del viento; Unos suaves besos, unos cuantos abrazos, un ceñir de brazos; El juego de luces y de sombras entre la arboleda cuando la brisa la balancea; La deleitosa soledad, ya en medio del bullicio callejero, ya en la inmensidad de los campos y en las laderas de los montes; La sensación de la salud, los trinos bajo la luna llena, la canción de mi despertar en el lecho encontrándome con el sol. ¿Has contado alguna vez mil acres? ¿No has calculado que toda la tierra era mucho? ¿Has empleado tanto tiempo para aprender a leer? ¿Te has sentido orgulloso al desentrañar el sentido de los poemas?

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