21 frases de Historias inconscientes de Gabriel Rolón... No importa cuánto alguien se analice, de todos modos sentirá la pérdida de un amor o la muerte de una persona querida. El dolor es inevitable, pero no el padecimiento.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Gabriel Rolón son: adicciones, incesto, mentiras, culpabilidad, obsesión, locura, psicoanalista, psicoanálisis, dolor, soledad, aceptarnos como somos, hacerse cargo de uno mismo.
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Frases de Historias inconscientes Gabriel Rolón
01. Dos sujetos que utilizan exactamente las mismas palabras pueden decir dos cosas muy diferentes.
02. Una de las características que tienen las palabras es que pueden significar muchas cosas diferentes.
03. Toda relación amorosa hace que supongamos que el otro tiene valores que nadie más posee.
04. (...) Podemos imaginar la función del analista como una pantalla sobre la cual el paciente proyecta sus temores, sus enojos e incluso sus deseos.
05. El amor es un misterio. Un vínculo difícil y maravilloso que compromete todo lo que somos: nuestros anhelos, nuestros miedos, nuestra historia misma.
06. Todo lo que ocurre en nuestra vida está ligado al inconsciente, porque es, antes que nada, la matriz de nuestras repeticiones, ya sean estas sanas o enfermas.
07. Gran parte del análisis no transcurre en el consultorio, sino en la soledad de ese paciente que tiene que decidir qué hacer con sus temores y su verdad
08. El inconsciente no habita dentro del cerebro, no es un lugar físico en el que cada sujeto guarda sus acontecimientos traumáticos. Tampoco hay que pensarlo solamente como la ausencia de consciencia.
09. Antes que nada, un síntoma es una respuesta equivocada. Es el resultado de un modo patológico de defenderse ante algo que podría generar un dolor que el sujeto, inconscientemente, juzga como intolerable.
10. Un analista no debe contentarse con lo que el paciente quiere decir. Muy por el contrario, su oído debe tomar nota de la manera en la que cuenta aquello de lo que habla. Cómo construye su relato.
11. (...) Es allí en donde el Psicoanálisis encuentra un espacio posible. No para apostar a la utopía de convertir a un sujeto en alguien libre, sino para propiciar que, al menos, transite por los caminos que le marca su deseo.
12. No importa cuánto alguien se analice, de todos modos sufrirá si pierde un amor, o si muere un ser querido. El dolor es inevitable, pero no el padecimiento. Y esa diferencia es la que hace que cada día vuelva al consultorio.
13. (...) Todos existimos mucho antes de nacer. Existimos en la fantasía de nuestros padres, en sus deseos y por eso mismo todo lo que tenga que ver con la historia de ellos resulta fundamental en la vida de los hijos. Forma parte también de su verdad.
14. El lenguaje como instrumento del sujeto es como el movimiento del sol alrededor de la tierra: pura apariencia. En realidad no es el sujeto el que se sirve del lenguaje, sino que por el contrario, está subordinado a él. (...) Un sujeto no habla, sino que es hablado por el lenguaje.
15. Muchos suponen que los analistas debemos analizarnos para descargar el peso que los pacientes dejan sobre nuestros hombros. Pero no es así. Nos analizamos para intentar hacer algo con nuestro propio sufrimiento. De la angustia de los pacientes nos defiende nuestra propia angustia, que se impone y nos obliga a hacer algo con ella.
16. Y si algo diferencia al Psicoanálisis de otras terapias es, especialmente, el lugar que el analista juega en ese vínculo tan intenso. Podríamos decir que la teoría psicoanalítica misma nace como un efecto de la lectura singular que Freud hizo de este fenómeno a partir de un caso conocido como Ana O.