13 frases de Filosofía del budismo Zen (Philosophie des Zen-Buddhismus) de Byung-Chul Han... Byung-Chul Han busca hacer explícita la filosofía que está implícita en el budismo Zen, reflexionando de modo filosófico sobre un objeto que no implica ninguna filosofía en sentido estricto.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Byung-Chul Han son: budismo, zen, filosofía oriental, espiritualidad, tristeza, alegría de vivir, creencias.
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Frases de Filosofía del budismo Zen Byung-Chul Han
01. Todo ha salido de la nada y todo vuelve a la nada. La nada es lo uno, el principio y el final de todo.
02. La dimensión profunda del deseo de fundirse enteramente con Dios muestra una estructura narcisista.
03. No hay ninguna determinación de tipo alguno que corresponda a Dios, él es lo infinito; y eso significa: Dios es la negación de todo lo particular.
04. La "risa fuerte" es máxima expresión del "ser libre".
05. El poder del espíritu no consiste en lo meramente positivo, sino en que él "mira a la cara" a la muerte, a lo negativo y "se demora en ello".
06. La vida del espíritu no es la que teme la muerte y se mantiene inmune de la devastación, sino la que la soporta y se conserva en ella.
07. El corazón que no habita en ninguna parte se contrapone a aquel sujeto cuyo rasgo fundamental es el constante retorno a sí mismo, que está siempre en casa junto "a sí".
08. Si nada inútil al espíritu se adhiere, seguro que para los hombres es un buen tiempo.
09. El constante peregrinar de Basho es una expresión de su corazón que ayuna, que no se pega a nada, no se aferra a nada.
10. (...) Esta tristeza clara y serena es el temple fundamental de su corazón, que no mora en ninguna parte y siempre está despidiéndose.
11. Los haikus expresan el mundo o las cosas en su ser así, que brilla fuera de la intervención humana.
12. El corazón que no habita en ninguna parte se contrapone a aquel sujeto cuyo rasgo fundamental es el constante retorno a sí mismo, que está siempre en casa junto "a sí".
13. El no habitar en ninguna parte cuestiona de manera radical el paradigma de la identidad. No anima el corazón ninguna aspiración a lo inmutable.