Frases de El último Don

El último Don

6 frases de El último Don (The last don) de Mario Puzo... Las mafias italianas se diversifican aceleradamente en los Estados Unidos, explotando sus relaciones en la industria del cine y la de los casinos.

Frases de Mario Puzo

Frases de El último Don Mario Puzo

01. La vida es una caja de granadas de mano; y uno nunca sabe cuál de ellas lo enviará al otro barrio.


02. Lo que no puede hacer la cámara es introducirse en la mente de los personajes, no puede reproducir el proceso del pensamiento y la complejidad de la vida.


03. El pasado es pasado... Nunca vuelvas atrás, ni para buscar pretextos ni para buscar justificaciones o felicidad. Eres lo que eres y el mundo es lo que es.


04. Es uno de esos tipos duros de verdad que no se preocupan por las consecuencias. Su familia tiene dinero y poder político, y debe de pensar que puede hacer lo que le dé la gana. Y es uno de esos tipos que disfrutan provocando problemas. Si tienes intención de meterte en eso tendrás que actuar con mucha seriedad.


05. Instruyó al chico en las normas básicas de conducta. No mostrar enojo ante un desaire, no revelar nada acerca de uno mismo. Ganarse el respeto de los demás, no con palabras sino con obras. Respetar a los miembros de la familia carnal. El juego era una diversión, no una forma de ganarse la vida. Amar al padre, a la madre y a la hermana, pero guardarse de amar otra mujer que no fuera la esposa. La esposa era la mujer que da a luz a los hijos de uno. En cuanto ocurría tal cosa, uno tenía que entregarse en cuerpo y alma a ganar para ellos el pan de cada día.


06. ¿Pero sabéis qué es lo peor de todo? Soy un elitista. Quería ser artista para convertirme en alguien fuera de lo corriente. Lo que aborrezco del cine es que sea un arte tan democrático. Cualquiera puede hacer una película. Tienes razón, Claudia, he visto películas que me han conmovido hasta las lágrimas y me consta que las personas que las han hecho son imbéciles, insensibles e ignorantes y no tienen la menor idea de lo que es la ética. El guionista es un analfabeto, el director es un ególatra, el productor un carnicero de la moralidad, y los actores pegan puñetazos contra la pared o contra un espejo para que los espectadores comprendan que están furiosos. Pero la película da resultado. ¿Y cómo es posible eso? Pues porque una película utiliza la escultura, la pintura, la música, los cuerpos humanos y la tecnología mientras que un novelista sólo dispone de un puñado de palabras, el negro de la letra impresa sobre el blanco del papel. En realidad eso no es tan terrible como parece. Es el progreso; y el nuevo arte. Un arte democrático, un arte sin sufrimiento. Basta con que te compres una cámara apropiada y te reúnas con tus amigos... ¿No os parece maravilloso un arte que no exige talento? ¿Qué democracia y qué terapia tan extraordinaria poder hacer tu propia película? Acabará sustituyendo al sexo. Yo vengo a ver tu película y tú vienes a ver la mía. Es un arte que transformará el mundo para bien. Claudia, alégrate de participar en una forma de arte que representa el futuro.

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