26 frases de El sueño eterno (The big sleep) de Raymond Thornton Chandler... El detective Philip Marlowe investiga el chantaje que recibe el general Sternwood de un tal Geiger. Cuando Geiger aparece muerto y lo acompaña su hija desnuda y drogada, todo se complica.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Raymond Thornton Chandler son: alcohólico, asesinato, crímenes, detective, enigmas, falsas apariencias, investigador privado, mentiras, chantaje, drogas.
Frases de Raymond Thornton Chandler Libros de Raymond Thornton Chandler
Frases de El sueño eterno Raymond Thornton Chandler
01. Los cadáveres pesan más que los corazones destrozados.
02. Estaba vacío como el bolsillo de un espantapájaros.
03. Era más bien alta, pero tampoco un poste de telégrafo.
04. Arreglados estamos cuando un hombre tiene que gozar de sus vicios indirectamente.
05. El anciano inclinó la cabeza como si el cuello se hubiese asustado del peso de ésta.
06. (...) Era, como César, el marido de todas las mujeres y la mujer de todos los maridos.
07. Es duro para las mujeres, incluso bien parecidas, el darse cuenta de que su cuerpo no es irresistible.
08. Tan honrado como se puede esperar de un hombre que vive en un mundo donde eso está pasado de moda.
09. Se acercó a mí con aire seductor y amable que podría embobecer a los más sesudos hombres de negocios.
10. - ¿Pretende usted decirme cuáles son mis obligaciones, señor? -No. Pero me divierto mucho tratando de adivinar cuáles son, realmente.
11. Estaba aseado, limpio, afeitado y sereno, y no me importaba que se notase. Era todo lo que un detective privado debe ser.
12. Algunos mechones de cabello blanco y pajizo le colgaban del cuero cabelludo como flores silvestres luchando por la vida sobre la roca pelada.
13. No tenía las amistades adecuadas. Eso es todo lo que los antecedentes penales significan en este país podrido de crímenes.
14. Las plantas llenaban el lugar formando un bosque, con feas hojas carnosas y tallos como los dedos de los cadáveres recién lavados.
15. Se puede tener resaca de otras cosas que no son el alcohol. Yo la tenía de mujeres. Las mujeres hacían que me sintiese mal.
16. La primera vez que la vi le dije que era un detective. Métase eso en su linda cabecita. Trabajo en eso, no juego a eso.
17. Ninguna de las dos personas que había en la habitación se inquietó por la forma en que entré, aunque solamente una de ellas estaba muerta.
18. Encontré whisky y sifón y preparé un par de vasos grandes. No tenía para beber nada realmente excitante, como nitroglicerina o aliento de tigre destilado.
19. Así que usted es un detective... No sabía que existiesen realmente, excepto en los libros; o bien que eran grasientos hombrecitos espiando alrededor de los hoteles.
20. El libro no era nuevo. Había fechas estampadas en una hoja en blanco, fechas de entrada y salida. Un libro de préstamo. Una biblioteca circulante de obscenidades.
21. Miré al tablero de ajedrez. La jugada con el caballo estaba equivocada. Lo volví a colocar donde estaba. Los caballos no tenían significado en este juego. No era un juego de caballos.
22. En el camino hacia la ciudad paré en un bar y me tomé un par de whiskys dobles. No me hicieron ningún bien. Todo lo que hicieron fue recordarme a Peluca de plata. Nunca más volví a verla.
23. Tantas pistolas rodando por la ciudad y tan pocos cerebros. Es usted el segundo individuo que he encontrado, en cuestión de unas horas, que parece creer que un revólver en la mano significa tener el mundo agarrado por el cuello.