33 frases de El pasillo de la muerte (The green mile) de Stephen King... Los condenados a muerte en la penitenciaría de Cold Mountain aguardan el momento de ser conducidos a la silla eléctrica. Cuando llega un enorme afroamericano con extraños poderes se desatan una serie de terroríficos sucesos.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Stephen King son: vida en una prisión, pena de muerte, sufrimiento, venganza, crimen sin resolver, hechos sobrenaturales, poderes sobrenaturales, locura, sucesos horrorosos.
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Frases de El pasillo de la muerte Stephen King
01. Un amor grotesco es mejor que ningún amor.
02. ¿Dejan una luz encendida a la hora de dormir?
03. En ocasiones las cenizas son mejores que una auténtica fogata.
04. Somos frágiles como el cristal, incluso en las mejores circunstancias.
05. No me dejen a oscuras, por favor. Tengo miedo a la oscuridad.
06. Es curioso cómo el sufrimiento marca nuestras caras y nos hace semejantes.
07. El miedo es una emoción que he visto demasiadas veces para confundirla.
08. Mirarla era como mirarse en un espejo sucio que alguien acababa de limpiar.
09. Uno conoce a los asesinos aunque acaben como bibliotecarios en aburridos pueblos de mala muerte.
10. Me siento como si condujese en medio de una espesa neblina pisando a fondo el acelerador.
11. La gente siempre hace bromas acerca de las cosas que le asustan pero no puede controlar.
12. La redención era poderosa; era la llave de la puerta que dejaba atrás el pasado.
13. Se valió de su amor para matarlas. Pasa lo mismo todos los días, en todo el mundo.
14. Los asuntos del pasillo de la muerte quedan en el pasillo de la muerte. Siempre ha sido así.
15. Ninguna alcantarilla del mundo recuerda el agua que ha pasado por ella una vez que ha dejado de llover.
16. Si ocurre así es porque Dios permite que ocurra, y cuando le decimos "no te entiendo", Él responde "no me importa".
17. Todo hombre lleva consigo su calavera, y puedo aseguraros que en un momento u otro de su vida se vuelve visible.
18. Aquí el tiempo es como un ácido diluido que primero borra la memoria y después el deseo de seguir viviendo.
19. Supongo que la combinación de la pluma con la memoria crea una especie de magia, y la magia es peligrosa.
20. Lo mismo todos los días...Todos los días, en todas partes del mundo. La misma oscuridad en todo el mundo.
21. El mundo gira y así son las cosas. Uno puede resignarse y girar con él o levantarse para protestar y seguir girando de todos modos.
22. Todo ocurrió en 1932, cuando la penitenciaría del estado aún estaba en Cold Mountain. La silla eléctrica también estaba allí, por supuesto.
23. A todos nos llega el final; sé que no hay excepciones. Sin embargo, Dios mío, a veces el pasillo de la muerte parece tan largo...
24. No tiene sentido escribir una historia tan larga si uno no va a atreverse a contar la verdad oculta en lo mas profundo del corazón.
25. Aquel día hice algo que no había hecho nunca con un prisionero: le tendí la mano. Ni siquiera hoy sé por qué lo hice.
26. El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella.
27. Un hombre con una buena esposa es la criatura más afortunada del mundo, y supongo que el que no la tiene debe de ser el más desgraciado.
28. Llevaba el tiempo suficiente en aquel sitio para reconocer cuándo podía enfrentarse con la brisa y cuándo le convenía rendirse a la fuerza del huracán.
29. Y con dolor o sin él, la lluvia me gusta. Sobre todo por la mañana temprano, cuando el día es joven y parece lleno de promesas, incluso para un viejo acabado como yo.
30. (...) Tenía un suelo de linóleo del color de las limas viejas, por eso lo que en otras prisiones se llamaba la Última Milla, en Cold Mountain se había bautizado como la Milla Verde.
31. Nos guste o no, el tiempo lo cura todo. El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella.
32. No tenía idea de la cantidad de puertas que puede abrir el simple acto de escribir, como si la vieja pluma de mi padre no fuera una pluma sino una extraña variedad de llave maestra.
33. El ratón tenía el cuello estirado hacia la cara del condenado y los ojos como gotas de aceite fijos en ella. Del le acariciaba la cabeza, mientras grandes y silenciosas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. El ratón parecía mirar esas lágrimas.
