34 frases de El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince... Obra en que el autor relata su relación con su padre Héctor Abad Gómez, quién dedicó los últimos años de su vida, hasta la misma noche en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de los derechos humanos.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Héctor Abad Faciolince son: derechos humanos, felicidad, relación padre-hijo, verdadera felicidad, asesinato, historia de colombia, medellín (colombia), asesino a sueldo, corrupción política, recordar, justicia social, luchas populares, luchar por un sueño.
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Frases de El olvido que seremos Héctor Abad Faciolince
01. La biblioteca era el cuarto de las transformaciones.
02. Sin justicia no puede, ni debe, haber paz.
03. Lo que se escribe con sangre no se puede borrar.
04. Nada tan incómodo como mezclar el sexo con los padres.
05. Y somos el olvido que seremos.. El polvo elemental que nos ignora.
06. La epidemiología ha salvado más vidas que toda la terapéutica.
07. Si me mataran por lo que hago, ¿No sería una muerte hermosa?
08. Para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo no le voy a ayudar.
09. Hay que tener mucha estima por sí mismo para ser capaz de sacrificarse a sí mismo.
10. ¿Cuántas personas podrán decir que tuvieron al padre que quisieran tener si volvieran a nacer?
11. Después de una gran calamidad la dimensión de los problemas sufre un proceso de achicamiento.
12. Con paciencia de profesor y amor de padre me lo aclaraba todo con la luz de su inteligencia.
13. Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz. Si quieres que sea mejor, hazlo más feliz.
14. Entre ellos había un trato distante, como si algo se hubiera roto en el pasado de ambos.
15. Casi siempre pasa igual: cuando la felicidad nos toca es cuando menos nos damos cuenta de que somos felices.
16. Nuestra felicidad está siempre en un equilibrio peligroso, inestable, a punto de resbalar por un precipicio de desolación.
17. Hay episodios de nuestra vida privada que son determinantes para las decisiones que tomamos en nuestra vida pública.
18. Nuestra felicidad está siempre en un equilibrio peligroso, inestable, a punto de resbalar por un precipicio de desolación.
19. Esa simpatía displicente que ha sido siempre su manera de poner a los demás en su sitio.
20. Después de una gran calamidad la dimensión de los problemas sufre un proceso de achicamiento, de miniaturización.
21. Los humanos, en el dolor más hondo, podemos sentirnos confortados si en la pena nos conceden una rebaja menor.
22. Había que tener una mente flexible para saber qué partido tomar en el reino de lo cambiante y de la indeterminación.
23. A un ateo es una ofensa que le obliguen, cuando ya no puede decidir, a asistir a una misa de despedida, y yo no quisiera que nunca me lo hicieran.
24. No creen en fantasmas o en personas poseídas por el demonio quienes los hayan visto, sino aquellos a quienes se los hicieron sentir y ver (aunque no los vieran) desde niños.
