Frases de El matrimonio de los peces rojos

El matrimonio de los peces rojos

8 frases de El matrimonio de los peces rojos de Guadalupe Nettel... Libro de Guadalupe Nettel.

Frases de Guadalupe Nettel

Frases de El matrimonio de los peces rojos Guadalupe Nettel

01. (...) Son muy venenosas. En cuanto a su temperamento, las hay de todos los tipos. Algunas son pacíficas, otras no tanto. Depende de cada animal. Este ejemplar no suele ser así de tranquilo. Está pasando por un mal momento.


02. Según tus propios ancestros, la única manera de acabar con un demonio o con una emoción aflictiva es mirarla de frente. Por eso compré este animal, por eso decidí separarlo de su pareja, para observar su dolor como reflejo del mío.


03. Hasta ese momento, los hongos habían sido siempre -al menos para mí- objetos curiosos que aparecían en los dibujos para niños y que relacionaba con los bosques y los duendes. En todo caso, nada parecido a esa rugosidad que daba a la uña de mi madre la textura de una ostra.


04. (...) Los felinos, en cambio, padecen de una reputación de egoísmo y exceso de independencia. No comparto en absoluto esa opinión. Es verdad que los gatos son menos demandantes que los perros y que su compañía suele ser mucho menos impositiva, a veces casi imperceptible. Sin embargo, sé por experiencia que pueden desarrollar una enorme empatía hacia los seres de su especie así como hacia sus amos. En realidad, los felinos son animales sumamente versátiles y su carácter cubre desde el ostracismo de la tortuga hasta la omnipresencia del perro.


05. Los peces son quizás los únicos animales domésticos que no hacen ruido. Pero estos me enseñaron que los gritos también pueden ser silenciosos.


06. (...) Estoy convencida de que nuestros peces se aman, aunque no puedan vivir juntos. ¿De dónde sacaba esa conclusión? Yo misma no tenía ninguna idea. Pensé un poco en nuestra pareja de peces. Me pregunté con qué criterio los habían elegido en la tienda de mascotas para compartir el recipiente que le habían dado a Pauline. Probablemente ninguno más que el azar o la diferencia de sexos. Quizás habían nacido en el mismo acuario y entonces se conocían desde antes. O, por el contrario, tal vez no se habían visto jamás, antes de entrar en aquella pecera redonda que habían compartido tan estrechamente. ¿Podía hablarse de destino en el mundo de los peces?


07. En general, se aprende mucho de los animales con los que convivimos, incluidos los peces.


08. Cualquiera que las haya sufrido, sabrá que no exagero: las cucarachas casi siempre terminan convirtiéndose en una obsesión.

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