Frases de El mal de Portnoy - 2

15. Estoy diciéndole, doctor, que con estas chicas no es tanto que les meto la polla a ellas: más bien se la meto a sus antecedentes familiares: como si así, a base de polvos, fuese a descubrir América. Conquistar América, digamos, con más propiedad. Colón, el capitán Smith, el gobernador Winthrop, el general Washington y, ahora, Portnoy. Como si mi destino manifiesto consistiese en seducir a una chica de cada uno de los cuarenta y ocho Estados.


16. Por qué razón hasta lo más nimio que yo haga por placer se convierte inmediatamente en algo ilícito, mientras el resto del mundo se revuelca de risa por los suelos? ¿Cerdo? Tendría que ver, esta chica, la cantidad de pleitos y querellas que se amontonan en mi despacho en una sola mañana: ¡Lo que se hacen las personas, unas a otras, por codicia y por odio! ¡Por la pasta! ¡Por el poder! ¡Por el mero gusto de hacer daño! ¡Por nada!


17. Figúrese: suponga que voy y me caso con A, con sus dulces tetas, etcétera, ¿Qué ocurrirá cuando aparezca B, que las tiene todavía más dulces —o, en todo caso, más nuevas? O cuando aparezca C, que menea el culo de un modo especial, nunca por mí experimentado antes; o D, o E, o F. Estoy tratando de ser franco con usted, doctor, porque, tratándose de sexo, la imaginación humana se pone fácilmente en Z, y aún más allá.


18. ¿Por amor, tendría que renunciar? ¿Qué amor? ¿Es amor lo que une a todas esas parejas que conocemos, las que se toman la molestia de unirse? ¿No será más bien la debilidad? ¿No serán más bien la comodidad y la apatía y la culpa? ¿No serán más bien el agotamiento y la inercia, la pura y simple falta de redaños, muchísimo más que ese "amor" que no se les cae de la boca a los consejeros matrimoniales y a los compositores de canciones, y que es el sueño de los psicoterapeutas?


19. ¿Por qué tengo que buscarle tantas justificaciones a ser algo que antaño respondía al honorable calificativo de "soltero"? Al fin y al cabo, de eso estamos hablando, sencillamente, sabe usted: de la soltería. De manera que ¿Cuál es el delito? ¿La libertad sexual? ¿A estas alturas? ¿Por qué he de ceder ante la burguesía? ¿Les pido yo a ellos que cedan ante mí? Quizá sienta uno, un poquito, la atracción de la vida bohemia, pero ¿Qué hay de malo en ello? ¿A quién hago daño con mi deseo? No me dedico a chantajear señoras, no les retuerzo el brazo para que se metan en la cama conmigo.


20. Sólo que... ¿Tiene esto algo que ver con la miseria humana? ¡Le suponía más nobleza! ¡Sufrimiento lleno de dignidad! ¡Sufrimiento lleno de sentido! Algo en la línea de Abraham Lincoln, tal vez. ¡Tragedia y no farsa! Algo un poco más propio de Sófocles era lo que yo tenía en mente. El Gran Emancipador, etcétera. Nunca se me pasó por la cabeza, desde luego, que sería mi polla lo único que, a fin de cuentas, trataría de liberar de la esclavitud, ¡Adelante, pija mía! Ahí, sí, ahí tiene usted el eslogan de Portnoy. Ésa es la historia de mi vida, resumida en tres palabras heroicas y guarras. ¡Una parodia!

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