
31 frases de Campo de sangre de Max Aub... Relato que empieza la Nochevieja de 1937 y finaliza el día de San José de 1938. Barcelona y Teruel -la batalla de Teruel- sirven de telón de fondo. Una gran expresión de la angustiosa precariedad de la guerra.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Max Aub son: guerra civil española, ambientada en españa, batalla de teruel, espionaje, traidores, angustia, guerrilleros, tragedia.
Frases de Max Aub Libros de Max Aub
Frases de Campo de sangre Max Aub
01. Eso ha sido siempre lo español: aguantar.
02. El teatro evoluciona según los sueños de los hombres.
03. Lo español: el puñado y el tirar p'adelante.
04. ¿Cómo pueden vivir los que creen que todo está escrito?
05. Toda nuestra felicidad reside en la razón.
06. Toda esta tierra nuestra, España, tierra de moros y cristianos.
07. Los españoles somos grandes cuando somos cien; más, nos entrematamos.
08. La vida no es sueño ni teatro: el teatro es sueño.
09. No hay teatro de circunstancias. No hay más que teatro de circunstancias.
10. Lo que sobrevive en la tierra es la obra y no uno mismo.
11. Toda la desesperación humana radica en la imposibilidad de expresarse con exactitud.
12. Todos los que hacen algo es porque les sale de adentro y creen en Dios.
13. Al español, la muerte: un comino. Hoy todos los que no temen la muerte son españoles.
14. Lo español: lo mudéjar y el barroco: el oriente y lo gótico pasados por el Estrecho.
15. ¿No has estado en la cárcel? ¿Por quién me has tomado? No hay español decente sin ella.
16. En España nunca hubo partidos, sino jefes políticos. Estamos acostumbrados a que nos gobiernen siguiendo voluntades y no doctrinas.
17. ¡Tanto gallear de indiferencia hacia la posteridad y no pensar en otra cosa! El deseo de inmortalidad, ¿Es ofensa a Dios?
18. Aborrecemos la subordinación, que nos numeren, que nos manden, que nos obliguen, que nos digan sin consultarnos: Haz esto o lo otro.
19. Si sólo sospechas la posibilidad de un mundo mejor, debes obligar a tu propia razón a emprender el camino para buscarlo.
20. Creo que bastaría que me dijeran haz esto, para no hacerlo o hacerlo de mala gana. Ahí me conozco la sangre española.
21. El teatro es el público; tiene el teatro que quiere; ve y va al teatro que quiere. Sin público no hay teatro.
22. Nada hay más desesperante para el hombre que preguntarse en la meseta o en el ocaso de su vida: ¿Para qué he vivido?
23. El español tiene las entrañas nómadas, explíquese por ahí los conquistadores. El hálito del pillaje, y de ahí los guerrilleros.
24. No se puede creer en Dios sin haber dudado de él. Sin desesperar. Quien tiene plena seguridad de la existencia de Dios, no cree en Dios.
25. El teatro y la novela nacen poco más o menos juntos de las cenizas de lo épico y de las canciones: cuando los pueblos ponen casa.
26. Creo en el teatro, teatro. El teatro, prueba más evidente, la más única, de la falsedad del materialismo. El teatro, prueba de la existencia de Dios.
27. Toda nuestra tragedia desde que los españoles tuvieron razón de sentirse hombres, nace de que no sabemos perder. No nos resignamos. No teniendo concepto del tiempo, no sabemos esperar.
28. El amor es darse sin darse, entregarse y continuar siendo. Juego, en el mejor sentido de la palabra. Encontrarse en otro ser, enlazarse, acabar siendo un nudo hecho de dos guitas distintas. Un no saber por dónde salir.
29. Lo eterno es el espíritu. Espíritu igual a lengua, igual a literatura. Lo eterno: la literatura. Teatro: lengua y bulto; carne y espíritu; sangre y literatura. Del teatro, la lengua. La lengua, el texto. Lo que queda es la literatura; lo que se salva.
30. No creo en la muerte. Me importa un bledo. El español prefiere el nicho al enterramiento por lo que tiene de coito el meter el ataúd en el muro. El español tiene poco que perder en esta vida y mucho que ganar en la otra.
31. Un idioma sin blasfemias no es lenguaje. Una palabrota bien plantada, en su sitio, en su tierra, a su tiempo, es insustituible. El reniego asienta y clava el idioma en tierra, contra los cielos. Si los españoles no pudiésemos emplear interjecciones soeces nos íbamos a ver negros.