11 frases de Abdul Bashur, soñador de navíos de Álvaro Mutis... Abdul persigue navíos, busca el barco ideal, ese fantasma que nadie quiere ver, el espectro con el que nadie quiere encontrarse, pero que todos reclaman como indispensable para cada navegante.
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Álvaro Mutis
01. Eso sería tanto como pensar que el mar siempre estará revestido de una esencial dignidad. Tal vez sea mejor creerlo así. La verdad, no estoy tan seguro de ello, pero la tesis es atractiva y sirve de precario consuelo, pero de consuelo al fin.
02. Un espejo refleja esa otra imagen nuestra que nunca conoceremos.
03. Nuestra vejez se volvió hace muchos años una especie de cansancio, de uso y desgaste a través de costumbres e ideas que ni siquiera nos sirven ya para vivir en nuestra propia tierra.
04. Una caravana no simboliza ni representa cosa alguna. Nuestro error consiste en pensar que va hacia alguna parte o viene de otra. La caravana agota su significado en su mismo desplazamiento. Lo saben las bestias que la componen, lo ignoran los caravaneros. Siempre será así.
05. Creo que tanto usted como yo sabemos siempre de antemano que la meta, en cuya búsqueda nos lanzamos sin medir obstáculos ni temer peligros, es por entero inalcanzable.
06. Fue un gran placer conocerlo y le agradezco su prudente caballerosidad, no muy común, por cierto, entre los hombres occidentales.
07. Todo fanatismo lo perturbaba en extremo. Más aún, cuando cayó en la cuenta de que éste constituía el núcleo auténtico del islamismo, cuya perpetua actitud intransigente condenaba la más mínima desviación o tibieza en la práctica de los preceptos coránicos.
08. Esta gente no ha entendido nada del Islam. Lo peor es que esa ignorancia insolente viene ya desde las Cruzadas.
09. La elegancia del andar, la esbelta proporción de esos cuerpos jóvenes y elásticos, los grandes ojos oscuros y la piel mate y tersa que invita al tacto, hacen de las mujeres de esa región una suerte de raza aparte, venida de quién sabe dónde.
10. La mujer, como las plantas, como las tempestades de la selva, como el fragor de las aguas, se nutre de los más oscuros designios celestes. Es mejor saberlo desde temprano. De lo contrario, nos esperan sorpresas desoladoras.
11. Un golpe de cuchillo en el cuerpo de alguien que duerme. Los escuetos labios de la herida que no sangra. El vértigo, el estertor, la quietud final. Así ciertas certezas que nos asesta la vida, la indescifrable, la certera, la errática e indiferente vida.