Frases de Yamamoto Tsunetomo - Página 3

01. Una persona de poco conocimiento se da aires de sabio: es una cuestión de inexperiencia. Cuando se domina bien algo, no se destaca en nuestro comportamiento: una persona así es educada.

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02. Es cierto que en todo arte es muy difícil aprender los puntos fuertes del maestro, pero en cambio, sus puntos débiles son imitados fácilmente. Estos no son, desde luego, de ninguna utilidad para sus discípulos.

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03. Por esto un Samurái debe conocer sus debilidades y pasar su vida corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo suficiente. No debe, naturalmente, tener demasiada confianza pero tampoco sentirse inferior.

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04. Ganar primero, combatir después, lo que dicho en dos palabras es ganar antes. La riqueza del tiempo de paz es permitir la preparación marcial para el tiempo de guerra. Con quinientos aliados, se puede derrotar a una fuerza enemiga.

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05. Bushido es la aceptación total de la vida, vivir incluso cuando ya no tenemos deseos de vivir. Esto se logra sabiendo morir en cada instante de nuestra vida, viviendo el instante, el aquí y ahora, sumido en el eterno presente, en vez de abandonar el campo de batalla cotidiano.

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06. La crítica sólo debe intervenir después de haber discernido si la persona la aceptará o no, después que uno se ha hecho amigo de ella, de haber compartido sus intereses y de haberse comportado de manera tal que nos concede su entera confianza para que tenga fe en nuestras palabras.

+ Frases de Crítica


07. Reprender y corregir a alguien por sus errores es importante. Este acto esencialmente caritativo es la primera obligación del Samurái. Pero hay que esforzarse en hacerlo de la manera conveniente. En efecto, es fácil encontrar cualidades y defectos en la conducta del prójimo. También es igualmente fácil criticarlo.

+ Frases de Samurái


08. Uno puede ser llamado en cualquier momento a librar una dura batalla; si se muere habiendo descuidado su pulcritud, se da muestra de una relajación general de las buenas costumbres y uno se expone al desprecio y al descuido del adversario. Esta es la razón por la cual los viejos y jóvenes Samuráis han aportado siempre un gran cuidado en su presentación.

+ Frases de Relajación


09. Si deseáis perfeccionaros, la mejor manera de hacer es solicitar la opinión de los otros y buscar sus críticas. La mayor parte de las personas intentan perfeccionarse fiándose en su sola facultad de apreciación. El único resultado que consiguen es que no hacen progresos significativos...Los hombres que buscan las críticas de los demás son ya superiores a ellos.

+ Frases de Resultado


10. La dignidad de un ser se mide por la impresión exterior que da. Hay dignidad en el esfuerzo y la asiduidad; en la serenidad y la discreción. Hay dignidad en la observación de las reglas y en la rectitud. También hay dignidad para apretar los dientes y mantener los ojos abiertos: todas estas actitudes son visibles desde el exterior. Lo que es capital es actuar siempre con dignidad y sinceridad.

+ Frases de Dignidad


11. Los jóvenes deben esforzarse en aumentar siempre su determinación y su valentía. Esto sólo podrá hacerse cuando la valentía esté enraizada en el corazón. Cuando el sable está roto, hay que atacar con las manos. Cuando las manos están amputadas, hay que servirse de los hombros. Cuando los hombros están cortados, hay que morder el cuello de diez o hasta de quince enemigo. Esto es realmente valentía.

+ Frases de Determinación


12. Mientras yo iba reflexionando al caminar, se me ocurrió que los seres humanos son unas extraordinarias e inteligentes marionetas articuladas. Aunque estén suspendidos por hilos, pueden saltar, caminar, hablar. ¡Cuán magníficamente están concebidos! Pero de aquí al próximo festival budista, pueden morir y venirnos a visitar bajo forma de espíritus. ¡Qué existencia más vana! La gente siempre parece olvidarlo.

+ Frases de Morir

Autores relacionados

Eiji Yoshikawa Miyamoto Musashi Sun Tzu Yukio Mishima

Yamamoto Tsunetomo

Yamamoto Tsunetomo
  • 12 de junio de 1659
  • Saga, Kyushu, Japón
  • 30 de noviembre de 1719
  • Kyushu, Japón

Guerrero samurái, militar y filósofo japonés autor de "Hagakure", obra de gran importancia en la cultura japonesa que sirvió de base para el código ético samurái conocido como "bushido".

Sobre Yamamoto Tsunetomo

En 1668, con nueve años de edad, Yamamoto Tsunetomo comenzó a servirle a Nabeshima Mitsushige (1632-1700), tercer daimyo (soberano feudal) del clan Nabeshima durante el período Edo (1603–1867), conocido por la eliminación en el año 1660 del suicidio ritual (seppuku) en su feudo.

Durante treinta años se dedicó a su señor y a su clan, llegando a convertirse en un guerrero samurái altamente respetado.

En 1700, debido a la prohibición del suicidio ritual (seppuku), Yamamoto Tsunetomo no pudo optar por el suicidio tras la muerte de Nabeshima Mitsushige, y decidió retirarse a un monasterio budista cerca del castillo de Saga (Kyushu).

Entre 1700 y 1713, influenciado por el budismo y el confucianismo, escribe "Hagakure", un compendio de los ideales del samurái que se guardó en secreto en el clan Nabeshima durante dos siglos, hasta que finalmente se hizo público en la era Meiji (1868-1912).

Entre 1701 y 1703 tuvo lugar un evento llamado "leyenda de los 47 ronin" o "Incidente de Ako" y se convirtió en la leyenda más famosa del código de honor samurái (bushido).

La leyenda cuenta la historia de un grupo de 47 samuráis que se vieron obligados a convertirse en ronin (samurái sin señor) después de que su daimyo (señor feudal) se viera obligado a cometer el seppuku (suicidio ritual), por haber agredido a un alto funcionario judicial llamado Kira Kozukenosuke.

Los ronin idearon un plan para asesinar a Kozukenosuke y a toda su familia, hecho que consumaron un año después para luego entregarse a la justicia y ser sentenciados a cometer seppuku.

Este evento influenció notablemente a Yamamoto Tsunetomo, que pensaba que habían esperado demasiado para vengarse y además luego de consumar la venganza debían cometer seppuku y no continuar viviendo, algo deshonroso para un samurái.

Tras convertirse en monje, cambió su nombre por "Yamamoto Jocho".

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