01. Para entonces ya era veterano en el campamento; su enjuto semblante y la intensidad de su esquiva mirada eran familiares a todos aquellos que lo veían pasar. Algunos se habían llevado esa imagen a otros campamentos y describían aquella presencia desgarbada y callada, hablaban de su rareza, de sus solitarias y regulares invocaciones ante la imagen de la capilla. No había hecho amigos, pero en sus obligaciones era concienzudo, perseverante y fiable, y los oficiales al mando lo conocían por esas cualidades. Había cavado letrinas, echado grava en los caminos, cumplido con su trabajo como cocinero de campaña, seguido las instrucciones en cuanto al mantenimiento del equipo...Cuando pedían voluntarios, era el primero en ofrecerse. Que sobrellevaba su tormento con fortaleza era algo que nadie sabía.