01. ¡Levántate! No seas más una mentira viviente.
02. Son tantas las veces que morimos, antes de poder considerarnos muertos.
03. No importa que tan fuerte sea la reja, cuán cargado de castigo sea el decreto. Soy el amo de mi destino; Soy el capitán de mi alma.
04. Al caer en la trampa de las circunstancias no he sollozado ni he gritado. Bajo los golpes del azar mi cabeza sangra pero está erguida.
05. Aquí en la noche que me cubre, oscura como abismo de polo a polo, les agradezco a los dioses que pueda haber por mi alma inconquistable.
06. Más allá de este lugar de furia y llanto aguardan los horrores en la sombra, y aun así la amenaza de los años me encuentra y va a encontrarme, sin temor.