Frases de Vladimír Holan

01. Soy más mortal que mi cuerpo...

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02. Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...

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03. Todo, hasta el mismo silencio tiene algo que callar.

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04. Tu amor sin fe sólo les ayuda de los celos al adulterio.

+ Frases de Adulterio


05. La pena va con la vida como el arte contra la naturaleza.

+ Frases de Vida


06. Me encerré en la soledad. Fue una clausura dura en la que vivía. Decían de mí que soy orgulloso. Pero no es verdad, me entendían mal. La soledad es para mí una condición del trabajo.

+ Frases de Soledad


07. Hay amores en los que el mundo no te basta, falta un pasito.

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08. Aunque siempre te escapas, amor mío, eres mi presente perpetuo.

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09. Hay soledades en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.

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10. Las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad...

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11. Bellos nombres, sólo que asustados de ver en qué se han convertido.

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12. Sin el amor no se puede nada. Ni siquiera morir se puede sin el amor.

+ Frases de Morir de amor

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Bohumil Hrabal Clara Janés

Vladimír Holan

Vladimír Holan
  • 16 de septiembre de 1905
  • Praga, República Checa
  • 31 de marzo de 1980
  • Kampa, Praga, República Checa

Poeta checo nacido en Praga, considerado el mejor poeta de su país y uno de los más importantes del siglo XX.

Sobre Vladimír Holan

Vladimír Holan nace en el seno de una familia agraria, realiza sus estudios primarios en la ciudad de Podolí a partir de 1911 y en 1919 vuelve a Praga para continuar sus estudios secundarios.

En 1929, tras realizar diversos oficios, viaja por Italia y publica las primeras poesías, con un estilo hermético que refleja en sus dos primeras obras, "Abanico en delirio" (1926) y "El triunfo de la muerte" (1930).

Contrae matrimonio en 1932 y poco después comienza a trabajar como redactor de la revista de arte "Vida", mostrando es sus textos un estilo más vanguardista y en sus poesías abandona el hermetismo y abraza formas más sencillas.

En 1938, con la ocupación nazi, el pacto de Munich y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Vladimír Holan comenzó a escribir una poesía más comprometida, cercana y social, además de seguir colaborando con diversas revistas.

En 1947, una vez liberada Checoslovaquia por el ejército soviético, abrazó la ideología comunista dedicándole la obra "Soldados del Ejército Rojo" (1947), y mostrando su desencanto tiempo después en "A los enemigos" (1948), cuando el gobierno comunista de su país lo acusó de formalismo decadente y lo prohibió.

En 1948 se trasladó al barrio praguense de Kampa, donde se encerró en su casa por el resto de su vida.

Maestro de la palabra, fue erudito que disponía de un vocabulario extraordinariamente rico y en cuya obra mezcló lo posible y lo imposible, el sueño y la vigilia, la razón y la imaginación.

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