01. ¡Dios! Tú ves mi miseria y sabrás ponerle fin.
02. Me dejaré arrastrar por el brazo prepotente de mi destino.
03. El recurso final del hombre destruido es el delito.
04. [Sobre el ser humano] No veo más que un monstruo eternamente devorando, eternamente rumiando.
05. El uso de las facultades que me concedió la naturaleza es el único placer que no depende de la ayuda de la opinión ajena.
06. En la fama de los héroes se encuentra un cuarto de audacia, dos cuartos de destino, y el otro cuarto de sus crímenes.
07. ¿Más no vive el mortal, cuando ya muda es para él del mundo la armonía, si puede alimentar dulces recuerdos en los pechos amantes?
08. Mas las iras del mundo y del destino olvidando por ti, por ti suspiro luz de mis ojos, ¿quién a mí te esconde?
09. El hombre no se da cuenta de cuánto puede hacer, más que cuando realiza intentos, medita y desea.
10. Del mismo modo que la naturaleza tiende hacia el otoño, se va haciendo otoño en mí y en cuanto me rodea.
11. Muchas veces me acuesto con el deseo, y a menudo con la esperanza, de no volver a despertar.
12. El odio es la cadena más abominable con la que una persona puede obligar a otras.