01. Querer es hacer.
02. La pasión es una emoción crónica.
03. Los deseos, los sentimientos, las pasiones que dan al carácter el tono fundamental, tienen sus raíces en el organismo, son predeterminadas por él. Ocurre lo mismo a las más altas manifestaciones intelectuales.
04. La sorpresa, en más alto grado, el asombro, es un choque producido por lo que es nuevo e inesperado.
05. El proceso por el cual se constituye la atención voluntaria es reductible a esta única fórmula: hacer atractivo por artificio lo que no lo es por naturaleza; dar un interés artificial a las cosas que no tienen un interés natural.
06. El hombre, como el animal, no presta espontáneamente su atención más que a lo que le interesa, a lo que le conmueve, a lo que produce en él un estado agradable, desagradable o mixto.
07. La naturaleza de la atención espontánea en una persona revela su carácter, o al menos sus tendencias fundamentales. Nos enseña si un espíritu es frívolo, trivial, limitado, abierto, profundo.
08. En el lenguaje psicológico, se entiende generalmente por "persona", al individuo que tiene una clara conciencia de sí mismo y que obra en consecuencia: es la forma más elevada de la individualidad.
09. La elección no es más que un momento en el proceso volutivo. Si no se traduce en acto, inmediatamente o en tiempo útil, no hay en ella nada que la distinga de una operación lógica del espíritu. Se parece a esas leyes escritas que no se aplican nunca.
10. La psicología debe abstenerse rigurosamente de toda investigación relativa a las causas primeras y el problema del libre albedrío es de este orden.
11. En los irresolutos, pobres de ideas, esto se ve mejor. Si obran, es siempre en el sentido de la menor acción o de la más débil resistencia. La deliberación da lugar difícilmente a una, elección, la elección más difícilmente a un acto.
12. La atención espontánea es la única que existe hasta tanto que la educación y los medios artificiales intervienen. No existe otra en la mayor parte de los animales y en los niños. Pero, fuerte o débil, siempre y en todas partes tiene por causa estados afectivos. Esta regla es absoluta, sin excepción.