Frases de Stig Dagerman
- 1947. El hombre desconocido
- 1947. Otoño alemán
- 1948. El muchacho quemado
- 1952. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
El hombre desconocido (1947)
25 Cuentos que reflejan los conflictos y angustias que definieron a toda una generación y tienen como tema central la solidaridad como idea suprema, principio ético y compromiso responsable
01. Yo carezco de fe y por eso nunca podré ser una persona feliz porque una persona feliz nunca tendrá que temer que su vida sea un vagar desprovisto de sentido hacia la certeza de la muerte. El hombre desconocido
02. Si el viaje les parece muy largo, quédense en casa. El hombre desconocido
03. Hay personas que no hacen nada para ser amadas y a pesar de ello lo son y otras que lo hacen todo para ser amadas y nunca llegan a serlo. El hombre desconocido
04. La necesidad de consuelo del ser humano es insaciable. El hombre desconocido
05. Cuando volvió a beber, ciertos contornos, que antes aparecieron nítidamente perfilados, empezaban ahora a difuminarse y le hicieron sospechar, no del licor, no de sus ojos, sino de la realidad misma que le rodeaba. El hombre desconocido
06. - ¿Qué se siente en realidad cuando un inocente es declarado culpable y condenado a muerte sin poder mover un dedo para probar lo contrario? -Nada especial -repuso él-, pasado un rato uno se siente como siempre. El hombre desconocido
07. No he heredado ni un dios ni un lugar firme en la tierra desde el que pudiera atraer hacia mí la atención de un dios. Tampoco he heredado la bien disimulada furia del escéptico, ni el yermo juicio del racionalista, ni la ardiente inocencia del ateo. El hombre desconocido
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Otoño alemán (1947)
En 1946 el autor emprende un viaje por la Alemania destruida, como corresponsal del periódico sueco "Expresen". Aquí deja constancia del sufrimiento y la brutalidad bélica en ambos lados
01. ¡Húndase un poco! ¡Intente hundirse un poco! Si el arte consiste en hundirse, siempre habrá quien lo haga mejor o peor. Otoño alemán
02. Tenemos la sensación de hundirnos y que todavía queda mucho para llegar al fondo... Otoño alemán
03. En una palabra, el periodista...Tenía que haber sido más humilde; humilde ante el sufrimiento, aunque éste fuese merecido, porque el sufrimiento merecido es igual de duro que el inmerecido, se siente igual en el estómago, en el pecho y en los pies, y esos tres dolores extremadamente concretos no deben olvidarse al pensar en la corriente cruda de amargura y rencor que emanaba de este lluvioso otoño alemán de la posguerra. Otoño alemán
04. La miseria hace que uno pierda la costumbre de moralizar a expensas de los otros. Otoño alemán
05. Hay un sorprendente número de personas que están dispuestas a aceptar cualquier cosa con tal de sobrevivir. Otoño alemán
06. Cuando se han agotado todas las formas de consuelo, es preciso encontrar otra, por absurda que sea. Otoño alemán
07. La guerra es otro flaco pedagogo. Si se le sonsacaba al alemán del sótano las lecciones que había extraído de la guerra, se podía saber que no era precisamente al régimen que la inició al que odiaba y despreciaba, por la simple razón de que el peligro constante de muerte no enseña más que dos cosas: a tener miedo y a morir. Otoño alemán
+ Frases de Consecuencias de la guerra
08. Al oírle hablar así da la impresión de que los alemanes ocuparon Noruega para poder practicar deportes de invierno. Otoño alemán
09. (...) Fuera de esto, en todas partes está lo peor... quizá. Pero si uno se empeña en batir marcas, si uno quiere convertirse en experto en ruinas, si uno quiere ver no una ciudad de ruinas sino un paisaje de ruinas, más desalado que un desierto, más salvaje que una montaña y tan fantasmagórico como una pesadilla, quizá sólo hay una ciudad que esté a la altura: Hamburgo. Otoño alemán
10. Pero si yo pinto ruinas -dice el pintor de Hannover-, lo hago porque pienso que son bellas, no porque son ruinas. Hay montones de casas feas que se han convertido en bellezas después de los bombardeos. El museo de Hannover no tiene mal aspecto en ruinas, especialmente cuando el sol penetra a través del techo destruido. Otoño alemán
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El muchacho quemado (1948)
Tras la muerte de su madre, Bengt se enamora de la nueva mujer del padre y comienzan una relación prohibida. Esta es su historia, llena de emociones, acusaciones y amenazas
01. Su boca es como una planta carnívora. Cuando la besamos, sentimos que nos estamos hundiendo en un pantano. El muchacho quemado
02. Uno debe estar satisfecho, pero no quiero estar satisfecho como un perrito. El muchacho quemado
03. Amar a una persona también la vuelve pura. El muchacho quemado
04. Sabían que si se dejaban ir, se perdían, pero si seguían abrazados, también se perdían. El muchacho quemado
05. Vivir significa nada más que el suicidio cotidiano. El muchacho quemado
06. La amaba porque lo amaba, y si alguien es amado, ama a cambio, de lo contrario es un tonto. El muchacho quemado
07. Llegué a entender qué es la pureza: significa sentir algo tan sinceramente que deja atrás todas las dudas, toda cobardía y todas las consideraciones dentro de uno. El muchacho quemado
08. No me gusta la fe porque es hermosa, sino porque es necesaria. El que engaña a un hombre la mata lentamente. El muchacho quemado
09. Los padres siempre viven una vida menos pura que sus hijos, porque toleran todo lo que hacen. La capacidad de condonar todo en uno mismo pero prácticamente nada en los hijos es la bendición que la "experiencia" otorga a la humanidad. El muchacho quemado
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Nuestra necesidad de consuelo es insaciable (1952)
Breves escritos hechos por el autor a modo de testamento, poco antes de hundirse en el silencio y suicidarse. Una pequeña obra maestra que sirve de puerta de entrada al resto de su obra
01. El tiempo es una falsa unidad de medida para medir la vida. El tiempo, en el fondo, es una unidad de medida sin valor ya que sólo alcanza las obras avanzadas de mi vida. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
02. Pero la libertad empieza por la esclavitud y la soberanía, por la dependencia. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
03. Tampoco una vida humana es la superación de una prueba, sino algo que crece hacia la perfección. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
04. ¡En qué se convierte entonces el tiempo sino en un consuelo por el hecho de que nada de lo humano es duradero! Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
05. La depresión es una muñeca rusa y en la séptima muñeca hay un cuchillo, una hoja de afeitar, un veneno, unas aguas profundas y un salto al vacío. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
06. Pero todo lo importante que me ocurre y que da a mi vida un maravilloso contenido: el encuentro con una persona amada, una caricia, la ayuda en la necesidad, el espectáculo de un claro de luna, un paseo a vela por el mar, la alegría que se siente por un hijo, el estremecimiento ante la belleza, todo esto ocurre completamente fuera del tiempo. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
+ Frases de Se detuvo el tiempo
07. Y cuando al fin llega la depresión soy también su esclavo. Mi mayor aspiración es retenerla, mi mayor placer es sentir que todo lo que yo valía residía en lo que creo haber perdido: la capacidad de crear belleza a partir de mi desesperación, de mi hastío y de mis debilidades. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
08. Cuando mi desespero me dice: desespera, puesto que cada día no es sino una tregua entre dos noches, el falso consuelo me grita: espera, pues cada noche no es más que una tregua entre dos días. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
09. Da lo mismo que encuentre la belleza en el espacio de un segundo o de cien años. La dicha no solamente se sitúa al margen del tiempo sino que niega toda relación entre la vida y el tiempo. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable
10. Los sistemas basados en el terror, como el nazismo, muestran al instante su naturaleza por una brutalidad física que no conoce límites, pero una reflexión algo más profunda lleva a la conclusión de que los sistemas estatales, por más democráticos que sean, hacen recaer sobre el común de los mortales una carga de angustia que ni los fantasmas ni las novelas policíacas pueden igualar. Nuestra necesidad de consuelo es insaciable