01. [Sobre la película "Caballo de batalla"] Yo pensaba crear el caballo en la computadora, animado, y sin embargo, gracias a Bobby pudimos utilizar caballos reales. Lo que más me sorprendió fue la capacidad de los caballos para improvisar, todos los días nos dieron lecciones de algo diferente e inesperado, como si fueran auténticos actores. Para mí ha sido una experiencia maravillosa.
02. Toda mi vida he contado historias. Un día mi padre me dijo: dejá de escribir sobre cosas que son reales. ¿Por qué no escribir sobre algo que no es real, para que no lastime a nadie? Entonces empecé a inventar cosas no reales. Empecé a escribir sobre cosas que surgían de mi cabeza, de mi imaginación, que no podían herir a nadie. Me gusta contar historias de un modo que me convenza, que me llene de satisfacción.
03. [Sobre "Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio"] Lo que me emocionaba contar en esta historia es saber siempre quiénes son tus amigos y de mantenerte leal a tus amigos a pesar de lo que escuches, a pesar de los errores que se cometen en las amistades y los malentendidos que ocurren comúnmente. Tienes que acordarte que tienes que poder perdonar y continuar. Tienes que recordar los valores de la amistad.
04. Las escenas violentas presentadas en el cine o en los programas de televisión estimulan mucho más a los espectadores a imitar lo que ven que las escenas reales que aparecen en los noticieros. En las películas, la violencia se filma con una iluminación perfecta, un escenario espectacular y a cámara lenta, lo que la convierte incluso en algo romántico. Sin embargo, en los noticieros el público percibe mucho mejor lo horrible que puede ser la violencia, y esta se utiliza con fines que no existen en el cine.
05. Me gustaban los trenes. Por cada cumpleaños, o para las vacaciones, mi padre me regalaba alguno nuevo que añadir a mi colección. Mi padre me amenazaba con llevarse mis trenes si seguía destrozándolos, y yo no los vería nunca más. Cuando mi madre le regaló a mi padre una cámara por el Día del Padre, empecé a usarla. Creo que tenía unos doce años y no podía soportar la idea de no volver a ver cómo chocaban mis trenes. La primera cosa que filmé fue un choque entre aquellos trenes eléctricos. Componía unos accidentes muy complicados en las vías y de forma intuitiva filmaba aquellos choques perfectos. Cuando vi la película, me quedé alucinado al ver que mis pequeños trenes parecían locomotoras de muchas toneladas. Aquello me encantó: ya no necesitaba provocar nuevos choques con mis trenes.