Frases de Salvador Elizondo - Página 2

01. En resumidas cuentas el mundo no es más que el producto de una acalorada discusión acerca de los límites de la lingüística.

+ Frases de Lingüística


02. Sólo lo que es irracional -lo que es inanalizable por los sentidos, pero que tiene cualidades sensibles-, puede ser obsesivo.

+ Frases de Irracional


03. La eternidad es lo indemostrable. Es por ello que no tenemos, ni podemos tener la certidumbre en el orden de lo trascendental.

+ Frases de Eternidad


04. No podemos concebir el amor platónico al margen de la muerte. La posibilidad de su muerte es el gran incentivo de todas esas pasiones.

+ Frases de Incentivo


05. (...) Ese ser prodigioso que se debatía sonriente en medio de su propio aniquilamiento como en un océano de goce, como en un orgasmo interminable.

+ Frases de Orgasmo


06. El erotismo (...) es un método de disciplina interior que pretende sobreponer la conciencia a la posibilidad ineluctable de la muerte mediante su imitación.

+ Frases de Erotismo


07. Nuestro conocimiento del momento presente, por el carácter fugaz que éste tiene, sólo puede ser determinado en función de otros momentos que no son este momento.

+ Frases de Fugaz


08. La personalidad pública es algo muy diferente a la personalidad íntima. Quizás hay ahí un abismo entre las dos. En público siempre está uno tratando de aparentar algo.

+ Frases de Impresionar


09. El concepto de infinito es la barrera que el hombre ha inventado, como idea, contra el cauce imperioso de los sentimientos, que siempre están contaminados de eternidad.

+ Frases de Infinito


10. Ahora estás aquí. Me perteneces en la medida en que tu muerte es la desnudez de mi cuerpo tendido al lado de tu cuerpo. La desnudez no es sino un signo de tu disolución.

+ Frases de Desnudez


11. (...) Y me abandonaré a su abrazo y le abriré mi cuerpo para que él penetre en mí como el puñal del asesino penetra en el corazón de un príncipe sanguinario y magnífico...

+ Frases de Verdugo


12. (...) Y no importa cuán divergentes sean los puntos de vista de los antólogos, si concuerdan en la elección de un mismo poema, podemos estar seguros de que alguna virtud tendrá.

+ Frases de Elección

Autores relacionados

Elena Garro José Emilio Pacheco José Gorostiza Sergio Pitol

Salvador Elizondo

Salvador Elizondo
  • 19 de diciembre de 1932
  • Ciudad de México, México
  • 29 de marzo de 2006
  • Ciudad de México, México

Escritor, novelista, ensayista, poeta, profesor y traductor mexicano, considerado el escritor más original y vanguardista de su generación y autor de "Farabeuf o la crónica de un instante" (1965), "El hipogeo secreto" (1968) y "El grafógrafo" (1972).

Sobre Salvador Elizondo

Salvador Elizondo nació en el seno de una familia vinculada a la sociedad literaria y artística, y realizó toda su educación primaria y secundaria en Europa donde su padre era Cónsul.

Tras cursar estudios superiores en Inglaterra, Francia e Italia, regresó a México para matricularse en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y obtener tiempo después la licenciatura en Filosofía y Letras.

Tras recibirse, realizó estudios de lengua china en el Colegio Mayor de México entre 1963 y 1964 que enriquecieron más su formación académica.

En 1964 comenzó a ejercer la docencia en la UNAM y al año siguiente fue becado por la fundación Ford, y posteriormente por la fundación Guggenheim (1968-1969) y (1973-1974).

En 1965 publica "Farabeuf o la crónica de un instante", obra donde se narra, desde distintas perspectivas y ángulos, la recreación de un mismo instante que, en la historia, contiene el significado de la vida de los protagonistas.

Luego le siguieron "El hipogeo secreto" (1968), "El grafógrafo" (1972), "Contextos" (1973) y "Teoría del infierno" (1993) entre muchas otras obras.

En 1965 recibió el premio Xavier Villaurrutia y en 1990 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.

Salvador Elizondo fue fundador de la revistas "SNOB" y "NuevoCine", y colaborador de las revistas "Vuelta", "Plural" y "Siempre", entre otras.

Falleció tras una larga lucha contra el cáncer y fue el segundo escritor mexicano después de Octavio Paz en haber recibido a su muerte un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes.

Enlaces

Síguenos