01. El futuro no es un regalo: es un logro. Cada generación ayuda a hacer su propio futuro. Este es el reto esencial del presente.
02. Sabemos que si a un hombre se le niegan sus derechos, los derechos de todos están en peligro.
03. El problema del poder es cómo lograr un uso responsable de él sin caer en la irresponsabilidad y la indulgencia.
04. El valor moral es menos común que la valentía en la batalla o una gran inteligencia.
05. Las crueldades y los obstáculos de este planeta que cambia velozmente no cederán ante dogmas obsoletos y consignas agotadas.
06. Cada generación hace su propia contabilidad para sus niños.
07. Debemos reconocer la plena igualdad de todas las personas ante Dios y ante la ley, y en los cuerpos gubernamentales. Debemos hacerlo no porque resulte ventajoso económicamente, aunque lo es; no porque las leyes de Dios así lo dispongan, aunque así lo disponen, y no porque las gentes de otras tierras así lo deseen. Tenemos que hacerlo por la razón única y fundamental de que es lo correcto.
08. Sólo el hombre prosaico se aferra todavía a la oscura y ponzoñosa superstición de que el mundo se acaba en la colina más cercana, su universo llega hasta la orilla del río, su humanidad queda encerrada en el estrecho círculo de aquellos que comparten su ciudad, sus puntos de vista o el color de su piel.
09. Vivimos en un mundo revolucionario y, por lo tanto, como he dicho en América Latina, Asia, Europa y Estados Unidos, son los jóvenes quienes deben tomar la iniciativa.
10. La vida en libertad propone fines, pero no prescribe medios.
11. No se tienen en cuenta las realidades de la fe, la pasión y las creencias, fuerzas éstas que en última instancia son más poderosas que todos los cálculos de nuestros economistas o nuestros generales.
12. Tengo malas noticias para ustedes. Esta misma noche Martin Luther King ha sido asesinado a quemarropa. Para aquellos de vosotros que sois negros y que os sentís tentados de dejaros llevar por el disgusto y el odio por la injusticia de semejante acto contra todos los hombres blancos, sólo os puedo manifestar que siento en mi corazón el mismo sentimiento. Pero lo que necesitamos en Estados Unidos no es división; lo que necesitamos no es odio; sino amor y sabiduría y compasión hacia el prójimo, y un sentimiento de justicia hacia todos los que sufren, sean blancos o negros. Por ello, esta noche os voy a pedir que volváis a casa para rezar una oración por la familia de Martin Luther King, sin duda, pero también una oración por vuestro país, al que todos queremos tanto, un rezo por el entendimiento y la compasión de la que os he hablado. Dediquemos nuestro empeño a lo que los griegos escribieron hace ya tantos años: mitigar el salvajismo de los humanos e intentar hacer gentil la vida en este mundo.