01. Somos utopistas, tanto que llegamos a creer que la revolución debe y puede garantizar a todos: alojamiento, vestido y pan.
02. El origen del Estado y su razón de ser estriba en el hecho de que trabaja en favor de las minorías y en contra de las mayorías.
03. También la educación es privilegio de minorías. ¿Qué educación recibe el obrero que a los trece años baja a las minas o va a cultivar el campo?
04. Dejemos atrás las formas ambiguas que dicen: "derecho al trabajo" o "a cada uno el producto íntegro de su labor". Nosotros proclamamos el derecho al bienestar, el bienestar para todos.
05. Lo que la humanidad observa en el hombre verdaderamente moral es su energía plena de vida, que le empuja a dar su inteligencia, sus sentimientos, sus actos, sin pedir nada a cambio.
06. La juventud se emancipa poco a poco, arroja los prejuicios por la borda, la crítica vuelve. El pensamiento despierta desde luego en algunos; pero insensiblemente el despertar gana la mayoría; dado el impulso, la revolución surge.
07. Llegando a ser anarquistas, le declaramos la guerra al amontonamiento de mentiras, astucia, explotación, depravación, vicio. La declaramos a esa manera de pensar, obrar.
08. Se comprende fácilmente que, sin respeto, simpatía ni apoyo mutuo, la especie degenera. Pero eso no importa a la clase directiva e inventa toda una ciencia falsa para probar lo contrario.
09. La palabra anarquía, que implica la negación del orden actual e invoca el recuerdo de los más bellos momentos de la vida de los pueblos, ¿no está bien elegida para calificar a una falange de hombres que va a la conquista de un porvenir de libertad y amor para nuestra especie?
10. El trabajo, la labor, es una necesidad psicológica; la necesidad de gastar la energía física acumulada; una necesidad que es en sí la salud y la vida. Si tantas clases de trabajo útil son hechas ahora de mala gana, es únicamente porque imponen un exceso de trabajo o no están bien organizadas.
11. Nosotros, los anarquistas, no tememos renunciar al juez ni a la condena. No tememos declarar "haz lo que quieras y como quieras", porque estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los hombres, a medida que se eduquen y se quiten de encima las actuales trabas, actuarán siempre en una dirección útil a la sociedad.
12. Toda nuestra producción es un contrasentido. Al negocio no le interesan las necesidades de la sociedad, solo trata de aumentar las ganancias del negociante. Por eso, la industria fluctúa constantemente y está en una crisis crónica.