01. Los dos cuerpos unidos se comunicaban susurros, con pequeñas frases de amor. Se acariciaban, se deseaban con cada pedacito de los sentidos. Después, cuando enfriaban su sensualidad, les apenaba sentir tanto amor. La sutileza del amor es un lujo. Disfrutarlo es un exceso impropio de los estoicos.
02. Cuando uno escribe hasta convertir la escritura en un vicio, lo único que hace es explorar. Y para encontrar algo hay que ir hasta el fondo. Lo peor es que, una vez en el fondo, es imposible regresar a la superficie. No se puede salir jamás.
03. Cuando se ponen celosas, ahí estoy yo. Látigo en mano. El látigo en la derecha y las flores en la izquierda y en medio el material erecto, lleno de amor y de esperma, para controlar tibiamente la situación.
04. La música, la alegría y la sexualidad hacen pasar más alegre algunas etapas de carencias en Cuba... Es el carácter del cubano, que es un poco africano, español y creo que es lo que nos salva a la larga.
05. Hoy no estoy muy ordenado por dentro. No puedo escribir. Sólo repito una frase: Amo las cicatrices, no las heridas. ¿Por qué repito eso como un paranoico? Amo las cicatrices, no las heridas.
06. La vida antipoética gana terreno y establece cabezas de playa en cada corazoncito que logra atrapar. Y yo desgraciadamente no puedo mirar solo al mar. Al mar salvador azul. Al eterno bellísimo brillante mar.
07. Lo cierto es que hay que saber. Si no tienes toda la información no puedes pensar, ni decidir, ni opinar. Te conviertes en un tonto capaz de creer cualquier cosa.
08. El sexo no es para gente escrupulosa (... ). Si sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en una parodia estéril de lo que pudo ser.
09. Estos amores fugaces son deliciosos porque carecen de expectativa. No tienen pasado ni futuro. La expectativa destruye muchas cosas. Pero aprender a eludirla es un arte.
10. Caminé un poco, vi de lejos el lugar donde viví veinticinco años. Allí fui feliz. Sólo que nunca lo supe. Uno percibe la felicidad cuando se acaba.
+ Frases de Verdadera felicidad
11. La soledad es inevitable. Y ayuda. Me concentro más. Soy más yo cuando convivimos bien apretaditos: la soledad y yo. Nos adoramos. No podría vivir sin la soledad.
12. A mis enemigos veo venir, pero tres veces repito: ojos tengan, no me vean. Manos tengan, no me toquen. Boca tengan, no me hablen. Pies tengan, no me alcancen.