01. Era extraño y bastante terrible ahondar en algo que quizá fuera fruto de su imaginación y trasladarlo a una situación real. "El precio de la sal" (1952)
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02. Era consciente con horror de los momentos que pasaban, como si formaran parte de un tiempo irrevocable, una felicidad irrevocable, porque en aquellos últimos segundos ella podía volverse y ver una vez más la cara que nunca volvería a ver. "El precio de la sal" (1952)
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03. Era fácil, después de todo, abrir simplemente la puerta y escapar. Era fácil, pensó, porque en realidad no se estaba escapando, en absoluto. "El precio de la sal" (1952)
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04. No me pongo melancólica -protestó, pero otra vez había una fina capa de hielo bajo sus pies, hecha de incertidumbres. ¿O acaso era que ella siempre quería un poco más de lo que tenía, por mucho que tuviera? "El precio de la sal" (1952)
+ Frases de Melancólico + Pensamientos de "El precio de la sal"
05. Creo que hay una razón determinada para cada amistad igual que hay una razón para que ciertos átomos se unan y otros no, en un caso faltan unos factores que en el otro están presentes. "El precio de la sal" (1952)
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06. Pero ni siquiera aquella pregunta era suficientemente clara. Quizá después de todo fuese una declaración: no quiero morir todavía sin conocerte. "El precio de la sal" (1952)
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07. Quiero que el sol caiga sobre mi cabeza como coros musicales. Imagino un sol como Beethoven, un viento como Debussy, y cantos de pájaros como Stravinski. Pero el ritmo es totalmente mío. "El precio de la sal" (1952)
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08. La desesperanza que impregnaba completamente el final de su vida. "El precio de la sal" (1952)
+ Frases de Desesperanza + Pensamientos de "El precio de la sal"
09. Hacía calor. La estufa siseaba. La habitación olía a ajo y a la ranciedad típica de la vejez, a medicinas y al peculiar olor metálico de la propia señora Robichek.... "El precio de la sal" (1952)
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10. Su risa era un sonido más hermoso que la música. "El precio de la sal" (1952)
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11. Lo que ella sentía por Carol era casi amor, pero Carol era una mujer. No es que fuera una locura, era felicidad. "El precio de la sal" (1952)
+ Frases de Locura de amor + Pensamientos de "El precio de la sal"
12. (...) Carol parecía conocer Chicago tan bien como Manhattan. Le enseñó el famoso barrio del Loop, y se pararon un rato a mirar los trenes y el atasco de tráfico de las cinco y media de la tarde. No se podía comparar a la locura que era Nueva York a la misma hora. "El precio de la sal" (1952)