01. Nada sabrás de lo que padecí en tu ausencia, de la sangre que derramé sólo con la esperanza de liberarme de ti. Pensarás que ha sido un día como tantos otros. Pero yo sabré que en este día, en este día semejante al que divide el A.C. Del D.C., me armé de valor para llevar a cabo un plan tremendo y contundente que no sometí a tu aprobación.
02. En el momento en que entiendo verdaderamente a mi enemigo, en el momento en que le entiendo lo suficientemente bien como para derrotarle, entonces, en ese preciso instante, también le quiero. Creo que es imposible entender realmente a alguien, saber lo que quiere, saber lo que cree, y no amarle como se ama a sí mismo. Y entonces, en ese preciso momento, cuando le quiero...
03. Ya veo, sólo has estado aquí un año y te crees que esta gente es normal. Pues no lo es. No lo somos. He mirado en la biblioteca, he consultado libros en mi consola. Libros antiguos, porque no nos dejan ver nada reciente, pero me he hecho una idea de lo que es un niño, y nosotros no somos niños. Los niños pierden de vez en cuando, y a nadie le preocupa. Los niños no están en escuadras, no son comandantes, no mandan a más de cuarenta chicos, eso es más de lo que un niño puede soportar sin volverse loco.
04. Escribir era una de las cosas que Val hacía mejor que Peter. Los dos lo sabían. Incluso, Peter lo mencionó una vez, cuando dijo que él siempre veía lo que los otros odiaban más de sí mismos para intimidarlos, mientras que Val siempre veía lo que los otros apreciaban más de sí mismos, para adularlos. Era una forma cínica de decirlo, pero era verdad. Valentine podía inculcar su punto de vista a los demás; podía convencerles de que querían lo que ella quería que quisieran. Peter, por otro lado, sólo podía hacerles temer lo que él quería que temieran.
05. Las dos caras de la misma moneda. Y yo soy el metal de en medio. Incluso mientras lo decía, se preguntaba si era verdad. Estos últimos años había compartido tantas cosas con Peter que incluso cuando pensaba que le despreciaba, le comprendía. Mientras que Ender sólo había sido un recuerdo hasta ahora. Un chico frágil y muy pequeño, que necesitaba su protección. No este hombre de piel oscura y mirada fría que mataba avispas con los dedos. "Quizás, él y Peter y yo somos iguales, y siempre lo hemos sido. Quizá, sólo creíamos que éramos diferentes por celos".
06. ¿Qué es el hombre blanco? ¿Qué hace? "El hombre blanco es como un ser humano, pero aplasta bajo sus pies a las demás criaturas vivientes". Entonces, ay, Ta-Kumsaw... ¿Por qué cuando miro en tu corazón no veo que quieras lastimar al hombre blanco, no veo que quieras matar al hombre blanco? "El hombre blanco no sabe el mal que está haciendo. El hombre blanco no siente la paz de la tierra. ¿Cómo puede darse cuenta de los pequeños crímenes que comete? No puedo culpar al hombre blanco. Pero tampoco puedo permitir que se quede. Cuando haga que se marche de estas tierras, ya no lo odiaré".
07. Y la desesperación le embargó de nuevo. Ahora sabía por qué. Ahora sabía qué era lo que odiaba tanto. No tenía ningún control sobre su propia vida. Ellos dirigían todo. Ellos tomaban todas las decisiones. Sólo le dejaban el juego, eso era todo; todo lo demás estaba formado por ellos y sus normas y planes y lecciones y programas, y lo único que él podía hacer era hacer esto o aquello en la batalla. La única cosa real, la única cosa real e inapreciable era su recuerdo de Valentine, la persona que le quería incluso antes de haber jugado un juego, que le quería tanto si había guerra con los insectores como si no (... ).
08. Siento que estés solo y asustado. Pero los insectores están ahí fuera. Diez billones, cien billones, un millón de billones, por lo que sabemos. Con otras tantas naves, por lo que sabemos. Con armas que no conocemos. Y con ganas de usar esas armas para barrernos. No está en juego el mundo, Ender. Sólo nosotros. Sólo la raza humana. En lo que se refiere al resto de la Tierra, si somos barridos habría un reajuste y se acomodaría al siguiente paso de la evolución. Pero la humanidad no quiere morir. Como especie, hemos evolucionado para sobrevivir. Y lo hacemos esforzándonos, afanándonos, y, al cabo de unas cuantas generaciones, trayendo al mundo un genio. El que inventó la rueda. Y la luz. Y el vuelo. El que construyó una ciudad, una nación, un imperio.
09. El hombre blanco jamás adivinaba lo que el piel roja sentía, veía y oía. El hombre blanco había traído la muerte y la desolación a este lugar. Los blancos talaban árboles antiguos y sabios, que podían contar muchas cosas. Derribaban jóvenes retoños con muchas vidas por delante. Y los blancos jamás preguntaban: "¿Te gustaría ser un albergue para mí y mi tribu?" Hachar, cortar, talar y quemar. Así se comportaba el hombre blanco. Tomaban del bosque, tomaban de la tierra, tomaban del río, pero no devolvían nada. Los blancos mataban animales que no necesitaban, animales que no habían hecho ningún daño; pero si algún oso se despertaba con frío durante el invierno y se llevaba siquiera un lechón, los blancos lo perseguían y lo mataban en venganza. Jamás sentían el equilibrio de la tierra.
+ Frases de Tala indiscriminada
10. El lector de ciencia ficción pilla las ideas por anticipado, y espera más información, y tiene una actitud diferente hacia lo que lee. Sabes que el mundo va a desplegarse delante de ti, y esperas a conocer las reglas. Un académico dice inmediatamente: ¿Qué quiere decir con dos lunas? , ¿Qué simboliza esto? , ¿Está el personaje loco? Porque la realidad, para el académico, no se cuestiona. Busca la metáfora. Y trata de leer metafóricamente lo que en la ciencia ficción se presenta literalmente. La ciencia ficción sigue llena de metáforas, pero se presenta alegóricamente, con objetivos en la historia, no sólo en el estilo o la forma de escribir el autor. El académico no está intelectualmente preparado. Mientras que el lector de ciencia ficción está preparado para leer tanto la ficción académica como la ciencia ficción.