01.Rosario, dinamitera, puedes ser varón y eres la nata de las mujeres, la espuma de la trinchera. Digna como una bandera de triunfos y resplandores, dinamiteros pastores, vedla agitando su aliento y dad las bombas al viento del alma de los traidores."Viento del pueblo" (1937)
02.Mira, parece mentira que nos hayamos criado yo a tu lado y tú a mi lado y estés tan extraña. Mira: sabrás que toda persona que en la mentira se emplaza, y disimula o disfraza la verdad, me desazona. ¡Y encuentro tanta que cuida de hacer disimulación la verdad del corazón y la verdad de su vida!"El labrador de más aire" (1937)
03.A la sombra del sombrero me ha mirado, y he sentido que mi corazón herido de un solo dardo certero dejaba como al descuido."El labrador de más aire" (1937)
04.Sus ojos sólo un momento en mi cuerpo han reparado, pero con tanto ardimiento que atravesada me siento por sus ojos de venado."El labrador de más aire" (1937)
05.Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos."Cancionero y romancero de ausencias" (1938)
07.Rumorosas pestañas de los cañaverales. Cayendo sobre el sueño del hombre hasta dejarle el pecho apaciguado y la cabeza suave. Ahogad la voz del arma, que no despierte y salte con el cuchillo de odio que entre sus dientes late. Así, dormido, el hombre toda la tierra vale."Cancionero y romancero de ausencias" (1938)
09.Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentido en todo arraigan, piden posesión y locura. Agredimos al tiempo con la feliz cigarra, con el terrestre sueño que alentamos."El hombre acecha" (1939)
10.Que nadie os haga nunca prisioneros, si no es tierra triunfante y española aconsejada por los limoneros, la libertad, un sueño de amapola. No vea entre nosotros ni un vencido, y que por vuestro arrojo constelado llevéis al pecho un cielo anochecido con todos los luceros del soldado."El hombre acecha" (1939)
Escritor, poeta y dramaturgo español, autor de "El rayo que no cesa" (1936), "Viento del pueblo" (1937), "El labrador de más aire" (1937) y "El hombre acecha" (1939).
Sobre Miguel Hernández
Miguel Hernández nació en el seno de una familia humilde de Orihuela, Levante español, dedicada al pastoreo.
Su niñez y adolescencia transcurren por la aireada y luminosa sierra oriolana, ayudando a su padre en la crianza y cuidado de cabras.
Entre 1915 y 1916, Miguel Hernández estudia en el centro de enseñanza "Nuestra Señora de Monserrate", luego asiste a la Escuela del Ave María.
En 1925 abandona sus estudios ante una crisis económica que atraviesa la familia, ayudando a su padre a tiempo completo.
En este contexto, Miguel Hernández aprovechó sus horas de pastoreo para seguir estudiando de manera autodidacta, convirtiéndose en un lector apasionado.
En 1930 comienza a publicar poemas en el semanario "El Pueblo de Orihuela" y en el diario "El Día de Alicante".
Un año más tarde realiza su primer viaje a Madrid con un puñado de poemas y la abnegada ayuda económica de sus amigos oriolanos, pero debe volverse al poco tiempo.
Nuevamente en su ciudad natal, Miguel Hernández continúa sus intensas lecturas y sigue escribiendo poesía, mientras sus amigos le preparan algunas actuaciones en público.
En la primavera de 1934 realiza su segundo viaje a Madrid, obteniendo rápidamente empleo como colaborador en las Misiones Pedagógicas y más tarde secretario y redactor de la enciclopedia "Los toros".
Miguel Hernández colabora además con la "Revista de Occidente" y entabla amistad con Vicente Aleixandre y Pablo Neruda.
Su poesía por entonces se hace más social y manifiesta a las claras un compromiso político con los más pobres y desheredados.
En diciembre de 1935 muere su fraternal amigo de toda la vida, Ramón Sijé, y Miguel Hernández le dedica su extraordinaria Elegía.
El estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) hace que se aliste en el Quinto Regimiento del bando republicano, donde va pasando por diversos frentes: Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá.
En marzo de 1937, Miguel Hernández contrae matrimonio en Orihuela con el amor de su vida, Josefina Manresa, volviendo al frente rápidamente.
En 1939, ante la desbandada general del frente republicano, intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas.
Comienza así la peregrinación de Miguel Hernández por diversas cárceles, hasta ser trasladado al penal de Torrijos (Toledo), de donde, gracias a las gestiones que realiza Pablo Neruda, sale en libertad inesperadamente, sin ser procesado, en septiembre de 1939.
Se traslada entonces a su pueblo natal, donde es encarcelado nuevamente en el seminario de San Miguel, convertido en prisión.
En 1942 se le declara una "tuberculosis pulmonar aguda" y la vida de Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente hasta fallecer a los treinta y un años de edad.