01. El puedo asciende a su conocimiento y, desde ese mismo instante se centuplica.
02. Pero a miseria y ruindad de estas gentes constituye propiamente su razón de vivir.
03. El paisaje se aclara, el sol asoma en una faja escarlata sobre la diafanidad del cielo.
04. Los tiempos son malos y hay que aprovechar, porque "si hay días que nada el pato, hay días que ni agua bebe".
05. Yo he querido pelear por la causa santa de los desventurados... Pero ustedes no me entienden... Ustedes me rechazan... ¡Hagan conmigo, pues, lo que gusten!
06. ¡Robar a los ricos para hacer ricos a los pobres! Y los pobres le forjan una leyenda que el tiempo se encargará de embellecer para que viva de generación en generación.
07. Y al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa, como pórtico de vieja catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil.
08. El tema del "yo robé", aunque parece inagotable, se va extinguiendo cuando en cada banca aparecen tendidos de naipes, que atraen a jefes y oficiales como la luz a los mosquitos.
09. Creí que ustedes aceptarían con gusto al que viene a ofrecerles ayuda, pobre ayuda la mía, pero que sólo a ustedes mismos beneficia... ¿Yo qué me gano con que la revolución triunfe o no?
10. En mis novelas exhibo virtudes y lacras sin paliativos ni exaltaciones, y sin otra intención que la de dar con mayor fidelidad posible una imagen fiel de nuestro pueblo y de lo que somos.
11. Me preguntará por que sigo entonces en la revolución. La revolución es el huracán, y el hombre que se entrega a ella ya no es el hombre, es la miserable hoja seca arrebatada por el vendaval.
12. ¡Amo la revolución como amo al volcán que irrumpe! ¡Al volcán porque es volcán; a la revolución porque es revolución! Pero las piedras que quedan arriba o abajo, después del cataclismo, ¿Qué me importan a mí?