01. (...) Creo que la novedad fue que no tenían ningún carácter docente ni moralista ni eran aplicadas al programa escolar. Era un concepto revolucionario el pensar que la versificación no tenía porque tener un contenido didáctico.
02. No creo que haya que andar ventilando las cuestiones íntimas o hacer de la sexualidad una pancarta. Me gusta lo secreto, la cosa ambigua, porque también es una forma estética de mantener un estilo de vida y un estilo de escritura.
03. Me parece que el peronismo tiene elementos positivos que no observo en otros partidos. Pienso en su capacidad para cambiar sobre la marcha, ver que si algo no tiene éxito se lo recompone, se lo modifica, se apela a gente distinta.
04. La escritura fue un fenómeno de la democracia, donde apareció mucha literatura infantil que estaba guardada y que decidieron publicar. A mí me parece bueno, porque cuanto mayor sea la producción vamos a tener más posibilidad de que haya obras de calidad.
05. (...) Esa preocupación obsesiva por ocupar el cargo, la pelea por la cuota minúscula de poder. Deberían ser más creativos y darse cuenta de que la pelea es por solucionar los problemas. Si lo logran, van a encontrar un reconocimiento mucho más grande que un pequeño cargo.
06. Ese es el problema de la gente reservada como yo: a la hora de hacer confidencias, se da cuenta de que escribiendo es más fácil. Y eso sucede porque en la escritura uno está como escondido, no muestra la cara, y les puede dar forma a las ideas y a los recuerdos como mejor le parezca.
07. En lugar de presentar certificados de buena conducta o temblar por si figuramos en alguna "lista" creo que deberíamos confesar gandhianamente: sí, somos veinticinco millones de sospechosos de querer pensar por nuestra cuenta, asumir la adultez y actualizamos creativamente, por peligroso que les parezca a bienintencionados guardianes.
08. (...) Sólo me interesaba que los chicos se animaran a jugar con el lenguaje, a abordar la realidad de una manera creativa. Que gozaran de una estética de la música y de la letra. Los segundos y terceros sentidos vinieron después: es posible que a nivel inconsciente haya reflejado los problemas que se intuían en el país, pero no fue mi intención contrabandearlos en medio de la poesía.
09. Apenas empezó la democracia, dije que habíamos pasado a primer grado. Y creo que era sólo primer grado porque había una idea ilusa de que la democracia por sí sola resolvía los problemas. Después de tanto autoritarismo, la gente no se daba cuenta de que democracia significaba compromiso, participación, trabajo. Me parece que ahora eso se empezó a ver y yo diría que nos estamos poniendo los pantalones largos, algo así como la entrada en la pubertad.
10. El ubicuo y diligente censor transforma uno de los más lúcidos centros culturales del mundo en un Jardín-de-Infantes fabricador de embelecos que sólo pueden abordar lo pueril, lo procaz, lo frívolo o lo histórico pasado por agua bendita. Ha convertido nuestro llamado ambiente cultural en un pestilente hervidero de sospechas, denuncias, intrigas, presunciones y anatemas. Es, en definitiva, un estafador de energías, un ladrón de nuestro derecho a la imaginación, que debería ser constitucional.
11. Pensemos que nuestros niños, desprovistos de abuelas tradicionales o nodrizas memoriosas, lo primero que oyen y aprenden son los jingles publicitarios. De lo que se deduce que una de las actuales nodrizas del niño es la televisión, y que de ella absorbe las más precarias formas de versificación, música y atropello de la sintaxis. Una seudopoesía destinada no a despertar sus sentimientos y su imaginación, sino a moldearlo como consumidor ciego de un orden social que hace y hará todo lo posible por estupidizarlo.
12. Nos gusta desaforadamente la acumulación. Eso resulta muy típico en los chicos, que dicen: Esto es para mí, mío, que nadie lo toque. O de las historietas y cuentos donde aparecen personajes rodeados de bolsas llenas de monedas de oro. Cuando sucede entre adultos, sin embargo, vemos cómo una sola persona puede determinar el destino de muchísimos seres humanos y eso me parece mal. Creo que una sociedad madura debiera tener más espacios de intercambio, de diálogo y no ser presa del poder que se deriva de la acumulación desmedida.