01. En esa calle de Buenos Aires los árboles crecían inclinados, tanto por el día como por la noche. Qué inútil humillación, era de noche, no había sol ¿Por qué inclinarse? ¿Habían olvidado esos árboles toda dignidad y amor propio? "Boquitas pintadas" (1969)
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02. ¿Lo mejor del cielo? Muy pronto los ángeles me lo habrán de mostrar ¿Adónde me llevan? La tierra abajo quedó, eclipse de vida en la tierra, las almas ya vuelan hacía el sol, eclípsase el sol de repente y es negro el cielo de Dios. "Boquitas pintadas" (1969)
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03. Y como si no bastara con el sueño que llevo en mi alma -y que henchida me empuja como un huracán de popa- otro sueño se proyecta en la pantalla, otro sueño de otra u otro que como yo...Se apresta a amar, ama, o recuerda haber amado. "La traición de Rita Hayworth" (1968)
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04. La música se vuelve tan emocionante que a él se le llenan los ojos de lágrimas. Y eso es lo más lindo de la escena, porque ella al verlo conmovido, se da cuenta que él tiene los sentimientos de un hombre, aunque parezca invencible como un dios. "El beso de la mujer araña" (1976)
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05. Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
06. ¿Y sabes qué otra cosa sentí, Valentín? Pero por un minuto, no más. - ¿Qué? Habla, pero quédate así, quietito...-Por un minuto sólo, me pareció que yo no estaba acá...Ni acá, ni afuera...-Me pareció que yo no estaba...Que estabas vos sólo. -O que yo no era yo. Que ahora yo...Eras vos. "El beso de la mujer araña" (1976)
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07. Que lo que en realidad se respetaba era el poder, y no la simpatía o la bondad...Después de aquello tuve muchos problemas con la "fisique du rol". Es decir, si había alguna persona buena con cara de malo, me molestaba mucho, porque en el cine los buenos tienen cara de buenos, y eso era confuso.
08. Es curioso que uno no puede estar sin encariñarse con algo...Es...Como si la mente segregara sentimiento, sin parar...- ¿Vos creés? -Lo mismo que el estómago segrega jugo para digerir. - ¿Te parece? -Sí, como una canilla mal cerrada. Y esas gotas van cayendo sobre cualquier cosa, no se las puede atajar. "El beso de la mujer araña" (1976)
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09. (...) Pero lo que me ha tornado irritable es la duda: ¿Lo quiero o no lo quiero? Últimamente ha surgido un nuevo personaje en discordia: un joven estanciero de origen inglés, menos apuesto que "él" pero de trato agradable, se ha valido de su amistad con papá para introducirse en casa y dirigirme palabras galantes. Y he aquí la disyuntiva... "Boquitas pintadas" (1969)
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10. Lo terrible es que para establecer un contacto, si quieres comunicar con los demás, tienes que inventar como una especie de personaje que se comunica, que no es el mismo que está metido dentro de ti y por ahí empiezas a creer más en el personaje, te olvidas de la persona y crees en el personaje. Pero muchas veces es simplemente esa necesidad de comunicarse con el medio...
11. (...) Que las mujeres no lo querían dejar...Por las cosas que pasan en la cama. -Pero, Mabel, yo no estoy de acuerdo. Las mujeres se enamoran de él porque es muy buen mozo. Eso de la cama, como decís vos, no. Porque hablando la verdad, una vez que se apaga la luz no se ve si el marido es lindo o no, son todos iguales. - ¿Todos iguales? Nené, vos no sabés entonces que no hay dos iguales. "Boquitas pintadas" (1969)
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12. (...) Se me cayó el pelo, y me cambió el cuerpo, me encorvé y...Perdí completamente mí...Pasé a ser, no un monstruo, pero sí una persona sin ese poder físico al que yo estaba acostumbrado. Y eso yo lo perdí muy, muy pronto, más o menos a los 32 años. Se acabó. Y de repente ya, a partir de ahí, me sentí despojado de mucho. Ésa fue una de las pérdidas claves, dentro de las muchas pérdidas que hay en la vida.