01. No obstante, las tentaciones (pues escribo no para disculparme por las flaquezas de mi corazón en este viaje, sino para dar cuenta de ellas) serán descritas con la misma sencillez con que las sentí.
02. Es más provechoso en este mundo recibir favores que hacerlos. Tomad, como ejemplo, un brote que se está marchitando, plantadlo en la tierra, y enseguida tendréis que regarlo, pues lo habéis plantado.
03. La Naturaleza sentirá anhelos de compañía y amistad; -un buen corazón necesita de un objeto para su cariño- y las partes mejores de nuestra sangre, y nuestros espíritus más puros, sufren enormemente bajo dicha privación.
04. Si hay algo en esta vida de lo que un hombre puede tener certeza y al conocimiento de lo cual es capaz de llegar con la más irrefutable de las evidencias, sin duda ha de ser esto justamente: -si tiene o no buena conciencia.
+ Frases de Conocimiento científico
05. ¡Qué gran volumen de aventuras puede captar en tan breve espacio de vida el que se interesa en todas las cosas, y con los ojos bien abiertos a lo que el tiempo y azar siempre le ofrecen, no desperdicia en su viaje nada de lo que sus manos pueden asir!
06. Y si no fuera porque mis opiniones serán la causa de mi muerte, me atrevería a decir que tengo la impresión de que, gracias a la vida que he de escribir, viviré la otra bastante bien; o, en otras palabras, que llevaré un par de buenas vidas al mismo tiempo.
07. Ya sé que hay lectores en el mundo que, al igual que otra mucha buena gente que vive en él, no tienen nada de lectores; -que se encuentran a disgusto si no se les permite entrar, desde el principio hasta el final, en el secreto de todo lo que a uno le concierne.
08. No es un disparate decir, con la aritmética en la mano, que por cada diez bromas-se tienen cien enemigos; y tú seguirás igual; y hasta que no hayas criado un enjambre de avispas en los oídos y te hayan picado hasta dejarte medio muerto, no te convencerás de que es así.
09. Si un hombre es capaz de pensar, entonces no puede desconocer el verdadero estado de esta cuestión; -tiene que ser cómplice de sus propios pensamientos y deseos; -tiene que recordar sus anteriores empeños y conocer con certeza las verdaderas causas y motivos que por lo general han gobernado sus actos.
10. Morir es la gran deuda, el tributo que hemos de pagarle a la naturaleza: hasta las tumbas y los monumentos, que deberían perpetuar nuestro recuerdo, se lo pagan también; y la pirámide más orgullosa de todas, erigida por la riqueza y por la ciencia, pierde el vértice y aparece truncada al horizonte del viajero.
11. Ningún apoticario vendió ya un solo gramo de eléboro; ningún armero se atrevió a forjar instrumentos de muerte. La Amistad y la Virtud se encontraban y se besaban por la calle –volvía la Edad de Oro a planear, benéfica, sobre Abdera-; los abderitas volvieron a tomar sus flautas de caña; los abderitas dejaron a un lado sus ropas púrpuras y se sentaron castamente en la hierba a escuchar la canción... Y todo esto por el solo poder del dios cuyo imperio se extiende del cielo a la tierra y aún a las profundidades del mar...
12. En otras cuestiones podemos dejarnos engañar por las falsas apariencias; y, como se lamenta el sabio, con gran dificultad acertamos en las cosas terrenales y no sin gran esfuerzo descubrimos aquello que está ante nuestra vista. Pero aquí, en cambio, la mente alberga en su interior la totalidad de los hechos y las pruebas;-es consciente de la tela que ha tejido;-conoce su textura y su calidad, así como el exacto grado de responsabilidad que cada pasión ha tenido al alimentar las diferentes ideas que la virtud o el vicio le han propuesto.