01. Los demás hombres son dueños de su fortuna; el avaro es esclavo de la suya.
02. Este es el castigo más importante del culpable; nunca ser absuelto en el tribunal de su propia conciencia.
03. Quien espera que los otros lo hagan feliz, no lo será jamás. Pero sí lo será quien procure hacer feliz a los otros.
04. El pueblo, del que en otro tiempo dependían el gobierno, la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende y sólo desea con ansia dos cosas: pan y circo.