Frases de Juan Villoro - Página 12

01. La suerte lo maltrataba, una y otra vez, haciéndolo ganar. "Arrecife" (2012)

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02. Ya es imposible saber si el fútbol se hizo rápido a causa del balón o balón se adaptó a la velocidad de los jugadores. Lo cierto es que los médicos se volvieron más importantes y la industria farmacéutica invento píldoras energéticas y cápsulas antioxidantes. "Balón dividido" (2014)

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03. El tiempo había pasado con suficiente fuerza para reducir su nerviosa pasión de entonces al rango de las anécdotas curiosas, que envejecen mal y empiezan a parecer artificiales, como si dependieran de una tecnología del recuerdo ya obsoleta que revelaba que el drama se montó en un escenario de cartón piedra. "El testigo" (2004)

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04. La vida privada del conservador ilustrado no había estado libre de rumores. Soltero hasta los cuarenta y dos, fomentó leyendas de donjuanismo que fueron relevadas por sospechas de homosexualidad hasta que, hacía apenas unos cuatros años, se casó con una japonesa a la que conoció en Kioto, mientras estudiaba los haikus de Tablada. "El testigo" (2004)

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05. En una liga donde el negocio fuerte está en los fichajes y las comisiones, y no en la obtención de títulos, el jugador es un nómada que pasa de una entidad a otra. "El amor es eterno mientras dura", Vinicius de Moraes. ¿Podemos pedirle al futbolista que profese amor eterno mientras dura su contrato? "Balón dividido" (2014)

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06. Cada nueve minutos el metro pasaba por debajo de la sala. Las ventanas crujían, las lámparas temblaban, la televisión parecía a punto de estallar. El efecto era terrible, como si la casa estuviera en el lomo de una ballena. O peor todavía: como si estuviera en el lomo de una ballena acatarrada. "Autopista sanguijuela" (1998)

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07. Una parte de mi familia odiaba al prócer por haber afectado los bienes de la Iglesia. El niño zapoteca que perdió las ovejas en Guelatao era recordado en plan escatológico. Cuando alguien iba al baño, decía: "Voy a verle la cara a Juárez". Ni siquiera le reconocían méritos como flautista. "¿Hay vida en la Tierra?" (2012)

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08. Las fiestas mexicanas suelen tener un curioso desarrollo. Lo primero que se acaba es el hielo, luego el agua mineral y después los refrescos. Lo último que se acaba es el alcohol. Lo mismo sucede en los estadios. Cuando el triunfo, la fama y la gloria ya se han ido de la cancha, nuestra pasión sigue intacta. "Balón dividido" (2014)

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09. Una biblioteca no es para leerse entera, sino para consultarse. "El libro salvaje" (2008)

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10. La derrota parece menos grave que no dar entrevistas. El embargo informativo planteó algo nuevo en la cultura de masas: el mito no habla. Eso se le perdona a Tláloc, porque no lo entenderíamos. La televisión quiere disculpas, dramas, ese momento de valentía ante inconfesable que llamamos "dar la cara", revelaciones del héroe una vez fue suyo. "Balón dividido" (2014)

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11. Si Catalina fuera una película, yo viviría dentro del cine. "El libro salvaje" (2008)

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12. Uno de los oficios más singulares es el de modelo parcial. Lo practican personas con perfecciones muy localizadas (un empeine delicado, un lóbulo ideal para un pendiente de la dinastía Romanov, manos perfectas para anunciar crema humectante, pestañas donde el rímel puede practicar el surfing... ). Hermosa en pedacitos, esa gente carece de belleza unitaria y sólo satisface por completo al esteta descuartizador. "¿Hay vida en la Tierra?" (2012)

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Autores relacionados

Elena Poniatowska Octavio Paz

Juan Villoro

Juan Villoro
  • 24 de septiembre de 1956
  • Ciudad de México, México

Escritor, novelista, ensayista y periodista mexicano, autor de "El testigo" (2004), "Dios es redondo" (2006), "El libro salvaje" (2008) "Conferencia sobre la lluvia" (2013) y "Balón divido" (2014).

Sobre Juan Villoro

Juan Villoro nace en la Ciudad de México, donde estudia Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y conduce un un programa de Radio Educación entre 1977 y 1981.

En 1981 es designado agregado cultural en la Embajada de México en Berlín Oriental, dentro de la entonces República Democrática Alemana, cargo que ocupa hasta 1984.

Juan Villoro ha sido profesor de literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México y profesor invitado en las universidades de Yale, de Boston, Pompeu Fabra y de Princeton.

Colabora además con numerosos medios de prensa, entre ellos "Vuelta", "Nexos", "Proceso", "Cambio", "Unomásuno", "Reforma" y "La Jornada", en esta última dirige el suplemento "La Jornada Semanal" entre 1995 y 1998.

En 1991 publica su primer novela, "El disparo de argón", seguida por "Materia dispuesta" (1997), "El testigo" (2004) y "Conferencia sobre la lluvia" (2014) entre otras.

Entre los ensayos escritos por Juan Villoro destacan "Tiempo transcurrido" (1986), "Los once de la tribu" (1995), "Dios es redondo" (2006) y "Balón divido" (2014).

Entre sus obras infantiles y juveniles destacan "Las golosinas secretas" (1985), "El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica" (1992), "El libro salvaje" (2008) y "La gota gorda" (2010).

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