01. Estoy mirando tu pregunta preferida.
02. Los más dormidos son los que más se apresuran.
03. La hondura del deseo no va por el secuestro del fruto.
04. La grandeza del hombre consiste en que puede asimilar lo que le es desconocido.
05. Ah, que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
06. Sin sentir que me llaman penetro en la pradera despaciosa, ufano en nuevo laberinto derretido...
07. El verdadero rey forma la estatua del humo para colocarla en el recodo más frío de la perfección.
08. Cuando estás parado parece que estás creciendo, pero hacia dentro, hacia el sueño. Nadie se puede dar cuenta de ese crecimiento.
09. Eso me asusta como si le pusieran una inyección antirrábica al canario o como si llevasen los caracoles al establo para que adquiriesen una coloración charteuse.
10. Venga a estudiar con Albertico por la noche- le dijo Andrés Olaya a José Eugenio-. Después Rialta toca el piano y nos trae el chocolate. Matemática, música y chocolate, excelentes divinidades para su edad.
11. Heidegger sostiene que el hombre es un ser para la muerte; todo poeta, sin embargo, crea la resurrección, entona ante la muerte un hurra victorioso. Y si alguno piensa que exagero, quedará preso de los desastres, del demonio y de los círculos infernales.
12. Ángel de la jiribilla, ruega por nosotros. Y sonríe. Obliga a que suceda. Enseña una de tus alas, lee: realízate, cúmplete, sé anterior a la muerte. Repite: lo imposible al actuar sobre lo posible, engendra un posible en la infinidad. Ya la imagen ha creado una causalidad, es el alba de la era poética entre nosotros. Ahora ya sabemos que la única certeza se engendra en lo que nos rebasa.