01. El alma en su mirar se transparenta, mirar sereno, vívido y ardiente, y su robusta máquina alimenta la eterna llama que en el pecho siente.
02. Madrid yace envuelto en sueño, todo al silencio convida.
03. Las ilusiones perdidas son hojas, desprendidas del árbol del corazón.
04. Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor.
05. Canta en la noche, canta en la mañana, ruiseñor, en el bosque tus amores; canta, que llorará cuando tú llores el alba perlas en la flor temprana.
06. Serena la luna alumbra en el cielo, domina en el suelo profunda quietud; ni voces se escuchan, ni ronco ladrido, ni tierno quejido de amante laúd.
07. Y en sueños confunde la muerte, la vida: recuerda y olvida, suspira, respira con hórrido afán.
08. Extático ante ti me atrevo a hablarte: ardiente como tú mi fantasía, arrebatada en ansia de admirarte intrépidas a ti sus alas guía.
09. Ya el sol esconde sus rayos, el mundo en sombras se vela, el ave a su nido vuela. Busca asilo el trovador.
10. A ti las quejas de mi mal profundo, hermosa sin ventura, yo te envío: mis versos son tu corazón y el mío.
11. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
12. Eterna vida, eterno movimiento, los sueños de la dulce poesía, el sonoro y quimérico concento de la rica extasiada fantasía.